Durante
el verano de 1976 realicé mi primer viaje en casa rodante. Algo totalmente
nuevo para mi familia y para mí. Mi padre aceptó el ofrecimiento de mi Tío
Alberto, que le prestó una casa rodante que había construido.
Para
fabricar la casa rodante me pidió prestada una que tenía en la colección de
autitos Machtbox. En esa colección había una casa rodante a escala que tenía un
balcón en la parte posterior. Mi Tío Alberto se inspiró en ese modelo a escala
para armar su casa rodante.
Mi
tío había armado varias casas rodantes que usó y vendió. Para hacer algo diferente
le quiso poner un balcón, también en la parte posterior de la casa. La
diferencia con la casa rodante Machtbox era que no tenía doble eje, de lo contrario
debería pagar patente y la que la puerta de acceso se encontraba en el balcón.
Con lo cual la casa rodante tenía la puerta mirando para atrás y en el balcón.
Por
aquellos años mi papá tenía a su cargo un Chevrolet 1938 color verde botella que un amigo le había prestado. Ese amigo había
aprendido a manejar con ese auto y además era de su padre. Para que el Chivo
’38 no se arrumbara en el garaje, se lo prestó a mi papá, para que lo usara y
lo cuidara.