Nunca dormí una siesta en el baúl de un Valiant III, pero si en el asiento
trasero. Y no solo del III sino que también en el IV. Claro era un niño en aquellos años de mediados de
la década del sesenta. Para mí el asiento trasero era mi cama “king size”, mejor que cualquier somier
actual.
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Publicidad publicada en la revista Confirmado del 10 de marzo de 1966. |