Por esas particularidades del mercado
automotriz argentino hubo dos automóviles comercializados, al mismo tiempo, que
con nombres diferentes, era básicamente el mismo vehículo. Primero conocimos el
Mazda 323 importado desde Japón. Más tarde llegó a Argentina el Ford Laser,
también desde el mismo país, pero respaldado por una terminal extranjera
radicada en el país.