La semana pasada vimos el camión
Mercedes-Benz de Matchbox que arrastraba este acoplado. Hacían un tándem y por
eso eran las piezas 1 y 2, del catálogo de la empresa británica, que tantas
alegrías nos trajeron a los niños de los años sesenta.
No tiene muchos secretos el acoplado y al
igual que el camión tiene su parte
plástica, de color naranja, que simula la lona con su estructura. Se puede
remover como en el camión. En este caso también está en perfecto estado de
conservación.
Al igual que el camión Mercedes-Benz
conserva su caja original como me llegó de la Librería San Agustín. Al cual
tuve que esperar, porque primero me regalaron el camión. El acoplado solo no
tenía mucho sentido.
Imagino que muchos chicos de aquellos
años recibieron primero el camión y luego el acoplado. O los chicos más
suertudos ambas piezas en solo regalo. Eso era lo ideal, pero no siempre se
ajustaba al presupuesto de los padres.
Muchos juegos con ese acoplado arrastrado
por el camión Mercedes-Benz. Dos piezas unidas para lograr despertar la
imaginación de un chico de 8 años, a finales de la década del sesenta. Juegos
sobre la mesa del comedor. Esa que se partía al medio para agrandarla y luego
se plegaba.
Una mesa muy común en los años sesenta
con un enrejado en su parte posterior para poner servilletas o revistas. O para
darse un lindo golpe en las rodillas. Para mí era un centro de diversión de mis
amados Matchbox.
El acoplado está en buenas condiciones,
salvo algunas cachaduras en su pintura. En especial en el enganche de remolque,
lógico por el desgaste natural de los juegos de mi infancia. No se le puede
pedir más a una pieza que está a punto de cumplir 50 años.
Ese es el tiempo que está conmigo. Muchos
me preguntan si los Matchbox que muestro cada sábado, en esta sección llamada “Garaje Miniatura” si son de mi
infancia. Les tengo que decir que sí, los conservo desde los años sesenta y
parte de los setenta.
Pero hubo otros Matchbox de cuando era más
chico que no corrieron la misma suerte. Terminaron destruidos, o muy castigados. Ni hablar que
conservara las cajas de cartón original. Aprendí a cuidarlos, aunque jugara con
ellos.
Así que esos Matchbox no los compré de
adulto buscando un tiempo perdido, o un juguete de la niñez, sino que los
conservo desde esa época, cuando mis padres, u otra persona, me los regaló.
Ahora, gracias a Archivo de autos, se los puedo mostrar a los seguidores.
Desde que edito Archivo de autos me
enteré del valor de algunas piezas de Matchbox. No podía creer lo que pueden
llegar a valer algunos de esos “autitos de colección”, que no eran otra cosas
que simplemente juguetes cuando era un chico.
También descubrí la gran cantidad de
coleccionistas de estos juguetes en Argentina, y en todo el mundo. Basta
recorrer un poco Internet para toparse con alguna página, o blog, de un
coleccionista de Matchbox. Ni hablar que hay catálogos para los coleccionistas.
Porque una de las cosas que tuvo la
empresa británica Lesney Products & Co. Ltd. es que fabricó varias
versiones de algunas piezas. De distintos colores, o con distintas ruedas, o
que hasta intercambiaron números dentro
del catálogo. Ni hablar de la serie Superfast, esa que literalmente sus modelos
volaban sobre la mesa del comedor.
No sé hasta que punto la gente que
construyó aquellos Matchbox tenía idea que se convertirían en piezas de
colección, décadas posteriores. Ni tampoco si tenían consciencia de las
emociones que producían en los chicos de todo el mundo con sus “autitos de
colección”.
Sino fuera así no estaría escribiendo
estas líneas, cada sábado desde el año pasado. Con el “Garaje Miniatura” descubrí varias cosas y unas de ellas fue el
sentimiento que provocaron estos pequeños Matchbox de la escala 1:64. No es la
misma para la serie King Size, tal vez que por su valor no era tan accesibles
para todos los bolsillos de nuestros padres.
Para los que tengan ganas de ver todos los “autitos de
colección” del “Garaje Miniatura”,
les dejo el enlace con la página donde están todas las notas publicadas hasta
la fecha:
Mauricio
Uldane
Editor
de Archivo de autos
Archivo de autos
tiene Internet propia financiada por sus seguidores y por publicidad en este
blog.
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