Tuve la suerte de tener un padre chofer de un abogado
de la ciudad de Buenos Aires que
supo tener un Valiant III azul noche,
como el que nos muestra la vieja publicidad. Muchos recuerdos toman por asalto
mi mente y trataré de rescatar algunos de ellos.
Publicidad de la revista Visión del año 1964. |
Las características técnicas de este auto, que en Argentina conocimos como Valiant III, quedarán para otra sección de Archivo de autos. Este
Valiant III se conoció como Dodge Dart
en otros países. Ese era su verdadero nombre en Estados Unidos su país de origen. Pero vayamos a lo más intenso:
los recuerdos de la infancia.
Cinco o seis años tenía cuando me viejo manejaba un
Valiant igual al de la foto. ¡Las
siestas que habré dormido en su asiento trasero “King Size”!, para un
pequeño chico. Cómo olvidar el olor al tapizado de telas vinílicas, tan de moda
en aquellos años. Ese olor a nuevo
de los cero kilómetros de los sesenta nos acompañara hasta el más allá.
La inmensidad
de su baúl donde cabía mi primera bicicleta roja, esa que usaba con
rueditas y un día di el salto al equilibrio total. Eso lo recuerdo claramente
porque fue en la plaza donde hoy se erige el edificio de la Televisión Pública. Un lugar donde los
chicos paquetes de Recoleta jugaban al polo en bicicleta. Una plaza plagada de
árboles de tilo que mi madre y mi tía abuela recogía para luego hacer té.
Viajar solo en el asiento trasero era un placer. En aquellos años no había
cinturones de seguridad y los chicos podíamos viajar de cualquier forma. En el
asiento trasero o en el piso dividido por la cañonera del cardán. Todo el
espacio trasero era para uno. Su reino
rodante por unos kilómetros. También el lugar que podíamos dormir a pata
suelta si el cansancio nos pescaba a mitad de camino.
Para un chico ese auto era enorme. Tal vez a la vuelta de los años no nos parezca tan grande,
aunque fue uno de los autos más largos fabricados en el país. Eso nos pasa con
viejos lugares del pasado. Como el patio de la escuela primaria que nos parecía
un estadio de fútbol y al volver con nuestros hijos, a la misma escuela, por
tradición, nos parece como devaluado y más chico.
Pero esos recuerdos
fierreros en nuestra mente nos acompañarán hasta donde vayamos y los olores
de tapizados o pinturas, recién estrenados, aflorarán de inmediato. No se
preocupen sin una pequeña lágrima
recorre nuestras mejillas. Es natural por la emoción de volver, por un ratito,
a aquellos años felices que supimos tener.
La vieja
publicidad es de la revista Visión
del 13 de noviembre de 1964 y forma
parte del archivo de imágenes y datos
que nutre diariamente las notas que se publican en Archivo de autos, el sitio de los viejos autos que supimos conseguir.
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Mauricio
Uldane
Editor de
Archivo de autos
Te felicito no solo por esta entrada, sino por este hermoso Blog, tan completo, hecho humildemente, con un enorme criterio, muchísimas ganas y dedicación. Un verdadero artesano.
ResponderBorrarAprecio mucho tus palabras. Es un verdadero esfuerzo hacer Archivo de autos. Y es artesanal como bien decis. Eso me viene de mi oficio de artesano entelador que podes apreciar en: http://entelados.weebly.com.
BorrarLo que lamento es que no hayas firmado este elogioso comentario. Me hubiera gustado nombrarte, seas quien seas.
Muchas gracias y un saludo.
Mauricio Uldane
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