General Motors Argentina presenta a principios de año 1965 su modelo Chevrolet Super
que traía cambios en su trompa y cola.
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Perfil de la trompa del Chevrolet Super 1965. |
Para empezar los faros
habían sido incorporados a la nueva parrilla que tenía sus
molduras horizontales. También habían cambiado los faros de posición,
ubicados en el paragolpes delantero. Ahora eran de color ámbar como en
los Estados Unidos.
La cola mostraba
una nueva bagueta cromada a todo lo ancho que contenía dos faros
rojos, luces de posición y stop y dos faros blancos de la luz de
retroceso. La parte superior del guardabarros trasero estaba coronado
con una bagueta que arrancaba en la puerta trasera y finalizaba en la
cola del Chevrolet Super.
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Perfil del Chevrolet Super 1965. |
Los asientos enterizos
eran de nuevo diseño completamente diferentes a los años anteriores. El tablero
traía una bagueta cromada en su parte inferior y contaba con medidores
de aguja en reemplazo de las luces de idiota. Salvo estos cambios el
tablero era igual a los modelos de años anteriores.
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Vista del la nueva parrilla del Chevrolet Super 1965. |
Por otra parte la superficie
superior del tablero venía con un acolchado que evitaba los reflejos
innecesarios sobre el parabrisas del auto. Además de cumplir con el resguardo
de golpes por parte de los pasajeros del Chevrolet Super. Lejos estaban estos
autos compactos de la industria estadounidense en traer bolsas de aire (air
bag) o cinturones de seguridad inerciales. Eso era ciencia ficción para fines
de los años ’60.
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Vista de la cola con los nuevos faros rojos y blancos. |
Según la revista Automundo
número 2 del 8 de abril de 1965 este modelo de Chevrolet Super era igual
a su par estadounidense y incluso General Motor Argentina ofrecía más
detalles que su hermano del país del norte. Habrá que creerles a los
periodistas de la revista Automundo.
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Interior del Super 1965 con el nuevo asiento delantero. |
El motor del Super
era de 3.769
centímetros cúbicos con 6 cilindros en
línea y una potencia estimada de 125 HP a 4.400
revoluciones por minuto. La relación de compresión era de 7:1,
lo que todavía permitía circular con nafta común sin pistonear. Este
motor traía 7 cojinetes de bancada en su cigüeñal y válvulas a la
cabeza.
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Detalle de la suspensión delantera independiente. |
Como todo auto compacto
yanqui la caja de velocidades era de 3 marchas hacia delante y
una marcha atrás. Por supuesto que la palanca de cambios estaba ubicada en la columna
de dirección. El embrague era monodisco seco de diafragma, con
un diámetro de 235
milímetros.
n
diue era monodisco seco de diafragma,
ubicada en la columna de direccidelante ounidense y incluso General
Motorguridad i
La
suspensión delantera era independiente con resortes helicoidales de acción progresiva, más amortiguadores hidráulicos. En cambio la
suspensión trasera era por eje rígido, otro clásico en este tipo
de autos. La novedad con respecto al Ford Falcon era que utilizaba una sola hoja de elástico de acero
especial llamada Uniflex. En un
principio cuando este modelo ingresó al país en 1962 se desconfiaba de
este tipo de elástico. Luego de los
tests de varias revistas especializadas, se demostró, que era mejor que el
utilizado por Ford. Mejoraba
notablemente la tenida en ruta y evitaba los “coleos” del auto en las curvas a gran velocidad. El Chevitú puede demostrar lo que digo con
sus carreras ganadas.
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Vista de la suspensión trasera con la hoja Uniflex. |
Los
frenos eran de tambor en las cuatro ruedas
con una superficie total de frenado de 851
centímetros
cuadrados. Las ruedas eran 14 x 51 y calzaba neumáticos 6,50 x 14 de cuatro telas. El sistema eléctrico era de 12
volts con dínamo y una batería Delco,
que fabricaba General Motors Argentina, de 62
Amperes por hora.
El
largo del Super era de 4.637
milímetros, el ancho
de 1.790 milímetros,
la distancia entre ejes de 2.794
milímetros, la trocha
delantera de 1.430 milímetros
y la trasera de 1.417
milímetros. La altura
del auto cargado era de 1.459
milímetros y el peso
en el orden de marcha de 1.344 kilogramos.
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Revista Automundo número 2 del 8 de abril de 1965 |
Un
auto que vino a competir con el Ford
Falcon y no hizo mal papel. Sin la dureza del Falcon, pero con un andar sereno en ruta y un consumo un poco más bajo, se ganó el corazón de muchos argentinos. Además su baúl
tenía mayor capacidad que su rival. También fueron rivales en la lucha Ford-Chevrolet en las rutas argentinas,
tanto como autos estándar en los Grandes
Premios o equipando a las gloriosas cupecitas
del TC (Turismo Carretera) que tantos halagos recibieron del público
fierrero argentino.
Este
fue otro de los grandes autos que hicieron historia en aquellos años ’60 donde
la expansión de la industria argentina hizo sentir su presencia, tanto por
cantidad como por calidad. Eran autos que no se rompían con facilidad y durables
en el tiempo, algo que no suele ser frecuente en nuestros días del siglo 21. Todas las imágenes fueron tomadas de la revista Automundo número 2 del 8 de abril de 1965.
Mauricio
Uldane
nunca me gustó este modelo,
ResponderBorraraunque se ve que estaban bien hechos,
a juzgar por la cantidad que se ve aún hoy funcionando en la calle.
Gaucho Man:
BorrarDesde el punto de vista del diseño estaban más logrados que sus rivales Falcon, pero sobre gustos no se puede discutir.
Eran autos nobles de larga duración y bajo mantenimiento, con un mejor andar que los Falcon, sobre todo el ruta.
yo tengo este mismo modelo y esta hermoso!!! lo amo, es el bebe de la familia y esta con nosotros hace mas de 25 años... el mejor auto para mi!!!
ResponderBorrarRoberto:
BorrarMe alegra saber que tenes un Chevrolet Super de 1965. A esta altura del partido se han convertido en joyas de colección.
¡Que lo disfrutes!
Saludos.