Rino Malzoni construyó un fuera de serie,
con carrocería de PRFV (Plástico Reforzado con Fibra de Vidrio), que bautizó GT
Malzoni con mecánica DKW. El antecedente de la marca Puma. En esta versión era
un gran turismo de calle o para competición. La revista Parabrisas-Corsa probó
una unidad en el autódromo brasileño de Interlagos en el año 1966.
La visita de los periodistas de la
mencionada publicación argentina era en retribución de una visita de Jorge
Lettry, que era el jefe de competición de la empresa Vemag (Veículos e Máquina
Agrícolas SA). Lettry había estado en octubre de 1965 en Argentina para conocer
el Gran Premio de Turismo Mejorado (TM).
De esta forma el periodista Carlos Marcelo Thiery
pudo viajar a San Pablo para tomar contacto con el GT Malzoni. Incluso pudo
probarlo en los ocho kilómetros de extensión del circuito de Interlagos. Lettry
contaba con dos unidades del GT Malzoni que no tenían los tapizados y demás
accesorios superfluos para restar peso.
La empresa Vemag era la que tenía la
licencia para producir en Brasil los automóviles de la marca alemana DKW. De hecho
en el país vecino se producía el Auto Union 1000 S y una versión de la cupé
Fissore, diferente a la argentina. Justamente de este modelo era el motor del
GT Malzoni.
La unidad testeada tenía un motor y caja
de cambios estándar de solo 60 HP. La versión de pista preparada alcanzaba los
98 HP. El tema que con solo 600 kilogramos de peso, el GT Malzoni, podía
alcanzar los 170 kilómetros por hora, y un poco más. Tanto que en los giros en
Interlagos se alcanzaron las 6.000 revoluciones por minuto y hasta se llegaron
a las 6.200, con lo cual eran más de 170 kilómetros por hora.
Técnicamente el GT Malzoni era un dos
plazas, ya que detrás de los dos asientos no había lugar más que para un valija
de cierto tamaño. Espacio que servía de forma auxiliar para el escueto baúl que
estaba en la parte trasera. Pero la comodidad de manejo era muy buena según
palabras de Thiery cuando probó al fuera de serie.
De izquierda a derecha: Rino Malzoni, Mario César “Marinho” de Camargo y Jorge Lettry junto al GT Malzoni. |
En las sucesivas vueltas a la pista le
tomó confianza al GT Malzoni y logró sacarle más jugo a los 60 HP. Esa
confianza se veía refleja en el excelente comportamiento del GT Malzoni. Según
palabras de Thiery, “…el GT doblaba como
si tuviera rieles debajo de sus ruedas y no necesitaba mostrar más virtudes en
lo que hace a su estabilidad”.
El único defecto eran sus frenos que se
fatigaban con las sucesivas vueltas a la pista de Interlagos, en especial en la
curva llamada “del sargento”. Ahí se notaba más pero en todo el trazado había
cierta pérdida de frenado. Los frenos delanteros eran a disco y el propio
Lettry contó que estaban tratando de solucionar el problema.
El tema era la carga de peso en el tren
delantero al tener motor, caja y diferencial. La solución eran discos de freno
de mayor diámetro. Al menos eso dijo el jefe de competiciones de Vemag a
Thiery. De todas formas el comportamiento en la pista era muy bueno, pese a que
su altura era para ser usado en la calle. El modelo de pista era de menor
despeje.
Andando a 170 kilómetros por hora, según
palabras del periodista de Parabrisas-Corsa, parecía que circulaba a 120. Esto
habla mucho a favor del comportamiento del GT Malzoni. Thiery hizo 4 minutos 26
segundos para recorrer los ocho kilómetros de Interlagos. En cambio el piloto
Mario César “Marinho” de Camargo (filho, hijo) logró bajar el tiempo a 4
minutos y 17 segundos. Pero con el motor de 98 HP lograba recorrer el trazado
en 3 minutos 55 segundos.
“Marinho” era uno de los pilotos de
competición del equipo oficial de Vemag donde corría contra los Simca y los
Willys. Además la preparación de Jorge Lettry lograba ganarles a los Renault
Gordini, algo que no pasaba en Argentina en la misma época. Esos triunfos eran
tanto en las categorías Turismo, como GT.
Además del mencionado piloto de carreras
y del jefe de competición de Vemag, en Interlagos, también estuvo el diseñador
del fuera de serie: Rino Malzoni, quien esperaba a las visitas en la puerta de entrada del
autódromo. El GT Malzoni fue revisado por Antonio Paulo Araujo e Italo
Antomángeli antes de girar en la pista. No dejaron nada librado al azar,
revisaron combustible, aceite, agua y presión de los neumáticos.
Lo cierto que Carlos Marcelo Thiery regresó
a su país con una grata impresión de manejo del GT Malzoni. Eso se traduce al
leer la nota que publicó en la revista Parabrisas-Corsa el día 3 de mayo de
1966. Esta revista era una publicación semanal de la Editorial Abril, la misma
que publicaba la revista mensual Parabrisas. Las dos fotografías están tomadas
de la mencionada nota.
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Mauricio
Uldane
Editor
de Archivo de autos
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Ya vi 2 de eses en mi ciudad, pero ya se van 5 años que no veo ningun GT Malzoni.
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