sábado, 30 de septiembre de 2017

Camión Leyland cisterna

El camión Leyland cisterna, de la compañía petrolera BP (British Petroleum), es similar a otras piezas del catálogo de Matchbox de los años sesenta. La diferencia radica en que pertenece a la serie Superfast.


Ya hemos visto en esta misma sección sabatina, llamada “Garaje Miniatura”, algunos camiones Leyland frontales con la cabina Ergomatic. También similares a los camiones AEC (Associated Equipment Company).


El camión cisterna, con cuatro ruedas directrices, tenía los colores de la empresa británica BP. En otra entrega de esta sección vimos un camión grúa Dodge de la misma petrolera. Claro que no de la serie Superfast.


El camión Leyland se encuentra en muy buen estado de conservación, pese a las casi 5 décadas, que ha estado conmigo. Desde que llegó a mis manos, casi con seguridad, de la Librería San Agustín. Esa que estaba en la misma manzana de mi edificio de la infancia.


Las ruedas parecen no tener desgaste. Esto seguramente por lo poco jugado, o por haberse deslizado por la colcha de planchar, escenario de mis juegos de la infancia. Siempre, o casi siempre, sobre la mesa libro de la cocina de mi casa. El centro social durante mi infancia.


Esa mesa libro de formica ha sido el lugar de entrenamiento, aprendizaje y estudio. Porque allí pasaba buena parte de mi vida en la infancia, en ese edificio del barrio de Recoleta en la ciudad de Buenos Aires. Ahora en cercanías de la Biblioteca Nacional.


La gran mayoría de los Matchbox de mi infancia conservan sus cajas originales de cartón. Las conservé, como a los “autitos de colección”, por el mandato de mis padres. Gracias a ese consejo es que llegaron hasta el siglo XXI en el estado que se los aprecia en las fotografías.


Estos Matchbox se han valorizado con el correr de los años. Tanto que existen coleccionistas en todo el planeta. Lo bueno de mi caso es que son los que me regalaron siendo un niño y tuve la suerte de conservarlos en un buen estado.


Como pasa con este camión Leyland, casi sin deterioros en su pintura, salvo unas pequeñas cachaduras, que atestiguan que fueron un juguete en los años sesenta. Estimo que debe haber llegado a mis manos entre los 9 y 10 años de edad.


Ya para esa época me regalaron los últimos Matchbox de mi infancia. Había otras prioridades en la familia y los tiempos económicos habían cambiado. Por eso valoro que tuviera el tino de preservarlos en el tiempo. Eso gracias a que estuvieron guardados por más de 20 años en sus cajas originales.


Los Matchbox fueron una parte importante de los juegos en mi infancia y a su vez un aprendizaje en el automovilismo. He conocido vehículos por esos “autitos de colección” que luego descubriría en películas, series de televisión o revistas especializadas. Fueron unos queridos compañeros de juegos.


Para los que tengan ganas de ver todos los “autitos de colección” del “Garaje Miniatura”, les dejo el enlace con la página donde están todas las notas publicadas hasta la fecha:


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Mauricio Uldane
Editor de Archivo de autos 

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