Mucho se ha polemizado en torno al Torino
de IKA (Industrias Kaiser Argentina SA). Tanto sobre si es una copia o no.
Sobre su motor y demás. Hasta el cuestionamiento si es un auto argentino o no.
Lejos de acrecentar esas polémicas, totalmente inútiles a mí entender, es que
esta nota tratará de indagar en la verdadera historia de este emblemático
automóvil fabricado en Argentina.
A la izquierda una cupé Torino 380 y a la derecha una cupé Rambler American 440 H en Autoclásica. |
Partamos de la base que para hablar con
seriedad de un tema hay que documentarse. Si queremos realmente contar la
historia de la industria automotriz argentina los fanatismos están totalmente
de lado. Por la sencilla razón que un fanático, de lo que sea, no dialoga, sino
que monologa. Pero además no razona. Así que tratar de mantener un diálogo es
una tarea inútil.
Aclarado esto pasemos a conocer las
palabras de uno de los protagonistas que estuvo inmerso en la historia del
Torino. Ni más, ni menos que Oreste Berta que escribió lo siguiente: “Del Torino, algunos pueden decir que fue
una derivación del Rambler American, Pero yo me pregunto: ¿qué parecido o
parentesco hay entre un vehículo del cual se partió y la obra final? Si
hiciéramos esta comparación, se vería que quedaron sin tocar, del auto
original, sólo algunas chapas de la carrocería. Todo lo demás fue nuevo,
producto del ingenio de gente que, con muchísima libertad y entusiasmo, trató
de lograr un excelente automóvil”.
En primer plano la cupé Rambler American 440 H que trajo IKA al país. |
Oreste Berta escribió este párrafo para
la presentación del libro “El Torino.
Edición especial 50 años” de Franco H. Cipolla que fue editado por Lenguaje
claro Editora en septiembre de 2016. Creo que sus palabras son muy claras al
respecto del origen del Torino de IKA.
En la entrada de la última de edición de
Autoclásica, en octubre de 2016, se recibía al visitante con una isla donde se
mostraban las distintas versiones del Torino y sus fuera de serie producidos en
el país. Esto por el cincuentenario de su lanzamiento en Argentina. Pero lo más
interesante era poder compararlos con los dos Rambler American, de dos (440 H)
y cuatro puertas (330), que IKA supo traer a Argentina para usarlos como base para
desarrollar el Torino.
Claro que muchos dirán que era el mismo
automóvil. Pero solo estar un rato observándolos aparecía, en su carrocería,
las diferencias. En los paneles laterales, en la luneta, en el caso del dos
puertas, y en los cambios en la trompa y cola. Cambios que se realizaron en la
casa Pininfarina y que la gente de IKA sostiene fue el último diseño en vida de
Giovanni Battista “Pinin” Farina.
Adelante cupé Torino 380 y detrás cupé Rambler American 440 H. |
Pero lo que hizo Pininfarina no fue solo
“retoques” en la trompa y cola de lo que sería el Torino. Todo el interior del
habitáculo es obra suya. Eso incluye tablero, asientos y el resto de los
tapizados. También el baúl y el capot para poder albergar al motor Tornado, que
no estaba en los planes iniciales de los ingenieros de IKA.
Pininfarina había pensado un capot más
bajo y hubo que subirlo en varios centímetros de lo contrario los motores
Tornado no podrían haber salido con el filtro de aire de fábrica. Otro tema fue
el reparto de los pesos para lograr un 50% en ambos ejes, o al menos estar lo
más cercano a ese equilibrio. En parte se logró en el Torino 380 con la
ubicación de la batería en el baúl, por el servo freno en el vano motor.
Lo que realmente usaron en la planta de
Santa Isabel en la provincia de Córdoba del Rambler American fue la base para
desarrollar un automóvil nuevo. Que claro que se parece al American, si esa es
su plataforma de despegue. Pero es eso, solo se parece. El resto fue modificado
por los ingenieros de IKA.
Algunos de los Torinos de IKA expuestos en Autoclásica 2016. |
Y no lo digo yo. Sino que lo dicen dos
autores de sendos libros. Uno, que recientemente les comenté, “Del Jeep al Torino” de James F. McCloud
que fueran el mandamás de IKA. El otro libro es el mencionado antes de Franco
H. Cipolla sobre la historia del Torino. Ambos libros son fundamentales para
entender algo de lo que significó el desarrollo del Torino en Argentina.
La mecánica del Torino no tiene nada en
común con el Rambler American estadounidense. Desde el motor pasando por la
transmisión y hasta llegar a las suspensiones. Lo que no fue desarrollado por
ingenieros de IKA se adaptó al Torino, como sucedió con la caja de cambios de
la empresa alemana ZF (Zahnradfabrik Friedrichshafen).
Cada uno de los desafíos en el diseño y
desarrollo de una parte del Torino era un movimiento determinado dentro de la
planta de Santa Isabel. Para el año 1962 llegaron desde Estados Unidos, traídos
por George Harbert, dos unidades de Rambler American. Un sedán cuatro puertas y
una cupé. A ambos automóviles se los desarmó por completo para poder estudiar
la forma de producirlos con las adaptaciones necesarias. Esas que en parte ya
les describí.
La cupé Rambler American 440 H que trajo la empresa IKA al país. |
El diseño del nuevo automóvil recibió el
nombre de “Proyecto Vehículo X”. Faltaba mucho tiempo para se lo llamara
Torino. Incluso algún prototipo se denominó Rambler Torino tanto en los diseños
en papel como el modelo en la escala 1:1 para el año 1965.
De esa época original, para el año 1963 y
con una nueva línea del Rambler American, se pensaba en dos motores para el
futuro automóvil de IKA, que iría a lidiar en el mercado de los autos compactos
argentinos. Esos motores iniciales eran de 2,5 litros y cuatro cilindros y otro
de 3 litros y seis cilindros, ambos en línea. Luego el motor Tornado de cuatro
cilindros, 154 OHC (Over Head Camshaft, árbol de levas a la cabeza), se descartaría por varios
problemas. De este motor solo se fabricaron menos de 100 unidades que se montaron en el
Torino y el Jeep Pick-Up a modo de prueba. Pero las intensas vibraciones y el
elevado consumo de combustible descartaron su producción.
Vayamos a la suspensión delantera que no
era la misma del Rambler American, pero sí se usaron los brazos inferiores y
superiores con el soporte de punta de eje del Rambler Classic. Esto fue para la
unificación de piezas y el herramental para producirlas. Pero el resto del tren
delantero fue de nuevo diseño. Tanto que se le agregó una barra antirrolido que
ningún Rambler llevaba en origen.
El sedan de cuatro
puertas Rambler American 330 que también llegó a Argentina de la mano de IKA en proceso de restauración. |
La suspensión trasera fue más complicada
y existieron en el desarrollo del Torino tres versiones. Una con dos medios
elásticos con una barra Panhard; otra con cuatro barras longitudinales también
con barra Panhard y por último una con cuatro barras, dos longitudinales y dos
diagonales a 45º. Esta última fue la que mejor resultado brindó.
Esta inspirada, en parte, en la
suspensión trasera del Bergantín, que a su vez mantenía la original del Alfa
Romeo 1900, del cual derivaba directamente. Los dos Rambler American que
llegaron a Córdoba, desde Estados Unidos, tenían eje rígido con elásticos
semielípticos. Nunca se pensó en una suspensión independiente para el eje
trasero por el alto costo de producción.
La elección de la caja de cambios ZF fue
del ingeniero George Harbert, que era el jefe de Ingeniería de Producto de IKA,
y que estuvo al frente del “Proyecto X” que dio origen al Torino. Se pensaba
usar la caja de cambios de Borg-Warner, que era la que montaban todos los
vehículos de IKA. Pero una caja de cambios de tres velocidades, sin tener
sincronizada la primera no era la mejor elección.
Las colas de la cupé Rambler American 440 H, a la izquierda, y a su lado la cola de una cupé Torino 380. |
Además desde el punto de visto
publicitario la caja Borg-Warner estaba asociada a los vehículos utilitarios.
Por eso en una de las reuniones con James F. McCloud, éste, le preguntó a
Harbert que caja de velocidades elegiría, para un auto deportivo, y sin dudarlo
dijo la ZF. De ahí en más se hicieron las negociaciones pertinentes para
obtener la licencia para su fabricación en la planta de Santa Isabel.
De todas formas hubo que realizar cambios
en la relación de la primera velocidad en especial para la cupé Torino 380 por
la potencia del motor Tornado. Tanto la versión cupé como el sedán cuatro
puertas, Torino 300, usaron la caja ZF, salvo que en este último era de 3
velocidades. La cupé con palanca de cambios al piso y al volante en el caso del
sedan. Más tarde también la traería al piso. El diferencial originalmente era un
Dana 30 en el “Proyecto X”, pero con el aumento de potencia del Torino se optó
por un Dana 44.
IKA decidió usar el motor Tornado-Jet
para el Torino. El mismo que usaba la línea Rambler, la Estanciera y la
Gladiator. Ya había tenido mejoras con respecto al motor llagado desde Estados
Unidos. Pero se le siguieron realizando tantos cambios, gracias al ingeniero Eduardo
Genari, que se puede decir que lo “argentinizaron”.
A la izquierda la cola del Tiwle Ciervo de Juan Winograd y a su lado la cola del sedan cuatro puertas Rambler American 330. |
En Estados Unidos el motor Tornado había
tenido una serie de problemas con su árbol de levas, por ejemplo. Pero también
con la mala calidad de los aceites que se conseguían por ese tiempo en el país
del norte del continente. El motor Tornado fue diseñado por el italiano Achille
“Sammy” Sampietro que fue contratado por Willys-Overland, que venía de trabajar
en la Austin-Healey.
Se usó de base para la construcción del
motor Tornado el block del motor Continental. Claro que con un árbol de levas a
la cabeza. Esto fue lo que menos gustó al comprador estadounidense. Lo
consideraron un motor de avanzada y poco conocido, en especial por los
mecánicos. Para los estadounidenses era un motor europeo.
Esto fue uno de los contratiempos que
impidieron desarrollar más las experimentaciones con el motor Tornado en
Estados Unidos. Tanto que para el año 1965 ya no lo montaban en sus vehículos
utilitarios, de uso civil, de la marca Jeep o Kaiser. Pero sí se los siguió
usando en vehículos militares como el Kaiser Jeep M-715 o el 5/4T.
El Tiwle Ciervo de 1974 un fuera de serie basado en el Torino de IKA del concesionario Juan Winograd. |
Tanto que IKA exportó más de 20.000
motores a Estados Unidos para esos vehículos militares. Muchos de los cuales
llevaron los motores argentinos a la Guerra de Vietnam. Eso fue porque Kaiser
Corporation había dejado de producirlos en Estados Unidos por los problemas
mencionados. En cambio los ingenieros argentinos de IKA habían mejorado el
motor Tornado que pasó a llamarse Interceptor cuando lo montaron en el Torino.
Para la cupé se usó el 230 OHC y para el sedan el 181
OHC, el mismo que usaba la Estanciera. Luego saldrían versiones del sedan con
el motor 230 OHC. Pero esos motores Tornado no eran los mismos que habían
llegado de Estados Unidos. Tenía un gran trabajo del ingeniero Eduardo Genari
en su interior. Se puede decir que era un motor distinto al estadounidense.
El primer equipo de trabajo que estuvo a cargo del
desarrollo del Torino en IKA fueron: George Harbert como jefe del “Proyecto X”;
Durward Leeper, ingeniero en jefe ayudante; ingeniero Eduardo Genari, motores
(ya mencioné el trabajo sobre el Tornado); Miroslav Mayer, suspensión;
ingeniero Jorge Jovicich, carrocería; ingeniero Héctor Cabrera, electricidad,
ingeniero Jorge Giovannoni, pinturas y tapizados y Jorge Malbrán enlace de
producción.
Una cupé Torino Comahue GT SE-80 del año 1977 realizada por el concesionario Lutteral. |
Para finalizar esta breve historia del
Torino les cuento que fue el primer automóvil fabricado en serie, del mundo, en
traer faros auxiliares de iodo. La empresa Carello fue la encargada del
desarrollo en Argentina de esos faros auxiliares de profundidad en la parrilla
del Torino, que era accionados por una llave independiente. Se pensó en este
sistema de iluminación por la velocidad máxima que desarrollaría la cupé Torino
y por el tipo de rutas del país durante el manejo nocturno.
En la presentación del libro “Del Jeep al Torino” de James F McCloud,
Heriberto Pronello contó que fueron unos 60 prototipos de caño de escape que se
fabricaron hasta llegar al característico del Torino. Ese sonido que alertaba
de su llegada a un lugar antes que estuviera ahí… Pedro L. “gordo” Bronemberg
fue el encargado de darle forma a ese caño de escape que identificó al Torino
desde su aparición en el mercado argentino.
Se podría contar mucho más sobre el
desarrollo del Torino, pero como síntesis me parece que alcanza para comprender
la tarea que significó su realización por parte de la empresa IKA en Argentina.
Ahora está en los lectores aceptar estos datos históricos que se pueden
constatar en dos libros editados en el país y no son dichos míos.
Las fotografías que ilustran esta nota
sobre los orígenes del Torino de IKA fueron tomadas el domingo 9 de octubre de
2016 en el Hipódromo de San Isidro, ubicado en la provincia de Buenos Aires,
donde se realizó Autoclásica 2016. Los Torino y los Rambler American 440 H y
330 estaban ubicados en una isla a la entrada al predio.
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Mauricio
Uldane
Editor
de Archivo de autos
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