De todos los Matchbox King Size que tengo
de mi infancia este camión Dodge era casi igual a los modelos producidos en
Argentina. Así que tenía una fisonomía conocida para mis ojos de chico. También
era normal encontrar transportes de caballos en el país, claro no igual a este.
En un país donde el polo siempre ha
tenido un gran desarrollo y los haras no son una cosa rara. De hecho hay hasta
extranjeros que tienen establecimientos de cría de caballos para polo o para
carreras. Incluso se exportan a Europa y Estados Unidos.
Pero no es ese el tema, sino el Dodge con
semirremolque para llevar cuatro caballos. Como siempre es otra pieza en un
excelente estado de conservación y con su caja original, también impecable.
Al igual al camión con el semirremolque
para transporte de autos, no se puede separar el camión con su acoplado donde
lleva los cuatro caballos. Tres en la parte trasera en sus respectivos boxes y
uno en la parte media del semirremolque.
Por el portón trasero se accede a los
tres boxes y por el portón lateral derecho a un espacio más amplio. Además en
la parte delantera del semirremolque hay una cabina para el transporte de
personas. Esto se parece al camión de la empresa Lotus que vimos en semanas
pasadas.
En el techo del semirremolque tiene una
ventana en la parte central para que los cuatro caballos tengan luz de día. Un
detalle para esos animales que eran transportados de una parte a otra.
Recuerdo que jugué con este camión Dodge
y que seguro imaginé viajes con esos caballos para que pudieran pastar en otras
tierras. Cosas de chico donde el mundo se imagina a cada rato. Siempre me
pregunto porque perdemos, o no queremos, imaginar mundos irreales.
Creo que si lo hiciéramos más a menudo nuestras
mentes tendrían un desahogo de tanta estupidez cotidiana o de la demoledora
rutina. Esa que nos termina por automatizar y blindar el espíritu.
Si tomáramos consciencia del poder del
juego y la imaginación en nuestras vidas no los abandonaríamos jamás. Es mejor
que tomar ansiolíticos u otro tipo de medicación para tratar de volvernos
normales. ¿Y cuál es el problema de estar un poquito tocado por un rato?
No digo loco, sino dejar que el juego y
la imaginación se apoderen de nuestras mentes por al menos una hora a la
semana. Sería como tener un disyuntor en el cerebro. Además les puedo asegurar
que eso nos hace menos viejos y nos aleja un cachito de la muerte en vida. Pero,
claro son suposiciones mías.
Lo cierto que abrir este “Garaje
Miniatura”, cada día sábado, me hace recordar viejos tiempos, no con nostalgia
por lo pasado. Sino para descubrir cosas que me marcaron desde chico, o que
demostraban una tendencia que no supe ver antes. Siempre, pero siempre se aprende
algo nuevo, y eso es lo más lindo de vivir.
Mauricio
Uldane
Editor
de Archivo de autos
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