domingo, 10 de enero de 2016

Kriéger eléctrico en Argentina

Los que tuvimos la suerte de asistir a la última edición de Autoclásica en octubre de 2015 vimos tres automóviles eléctricos Kriéger del año 1898 en perfecto estado de conservación. Incluso el viernes 9 de octubre, día de la inauguración de Autoclásica 2015, se dieron el lujo, los tres Kriéger, de dar un par de vueltas en una carrera de exhibición.

Kriéger eléctrico del año 1898 al mando del ingeniero Rafael Sierra.
Los Kriéger eléctricos no son cosa que uno vea todos los días, salvo el algún museo de automóviles de alguna parte del mundo. Ahora bien distinto es ver tres al unísono en vivo y en directo, como se decía en la vieja televisión en blanco y negro, y funcionando como si recién hubieran salido de la fábrica en Francia a finales del siglo XIX.

No creo que existan muchos países en el mundo que cuenten con tres ejemplares en estas condiciones. Basta mirar las fotografías que ilustran esta nota y que fueron tomadas en 15º edición de Autoclásica. Los tres Kriéger pertenecen uno al Museo del Automóvil Club Argentino, otro al Museo del Automóvil de Buenos Aires y el tercero a un coleccionista privado.

Otra toma del Kriéger que condujo el ingeniero Rafael Sierra. 

El sonido de sus motores delanteros me retrotrajo a mi niñez cuando viajé en un tranvía, pero el zumbido puso en mis oídos los motores eléctricos de las viejas formaciones de madera del Subte A de la ciudad de Buenos Aires. Lo interesante de los tres Kriéger que viven en Argentina es que son de tracción delantera.

Sí, como lo oyeron. Los dos motores eléctricos están montados sobre las ruedas delanteras y a la vez hacen de freno. Para empezar los Kriéger de 1898 se parecen más a un carruaje al que le sacaron las varas y el caballo que otra cosa. Lo llamativo es que tienen volante y no manubrio, algo no tan habitual en los primeros automóviles, o mejor llamado carruajes sin caballos. Encima tenían frenos en las cuatro ruedas si sumamos los tradicionales en las ruedas traseras de los primeros automóviles del siglo XIX.

Lo otro interesante es que Louis Kriéger, fundador de la empresa Compagnie Parisienne des automobiles électriques Système Kriéger en el año 1897, había desarrollado un motor que convertía la fuerza de frenado en energía eléctrica. De esta forma se recargaba la batería y alargaba la autonomía. Estos primeros Kriéger eléctricos tenía una autonomía de 60 kilómetros y su velocidad máxima era de 24 kilómetros por hora. El peso del vehículo era de algo más de una tonelada. Las baterías pesaban alrededor de 350 kilogramos.

Detalle del puesto de mando del Kriéger del año 1898.

Pero no todo fueron rosas en la vida de los Kriéger. La empresa fue fundada en el año 1897 y para el año siguiente fue comprada por la Société Française pour l’Industrie et les Mines que era un banco de origen franco suizo interesado en invertir en la naciente industria automotriz europea.

Se introdujeron motores más potentes y se alargó la autonomía a 80-90 kilómetros. Los Kriéger comenzaron a conocerse en el mundo entero por ser fiables, por su tracción delantera, por ser silenciosos y suave su funcionamiento. Se los exportó e incluso se lo fabricó bajo licencia en algunos países.

Los dos motores eléctricos ubicados en las ruedas delanteras el Kriéger de 1898.

Entrado el siglo XX se seguía fabricando el modelo Landaulet como los que se exhibieron en Autoclásica 2015 con diferentes ruedas y demás detalles. Porque el modelo de 1898 era para 6 personas. Dos en el pescante, uno de ellos era el conductor ubicado a la derecha como en los viejos carruajes de caballos. En el interior podían viajar cuatro personas. Dos sentadas hacia el frente y dos de espaldas al sentido de circulación. Como en las diligencias que conocimos hasta el cansancio en las películas del Lejano Oeste.

Si observan las fotos de los Kriéger de Autoclásica 2015 verán que la parte trasera de la carrocería es de lona y se puede plegar. De esta forma las dos plazas que miran al frente quedan al descubierto y las otras dos bajo el techo. A ambos lados de la carrocería tenía puertas para poder ingresar, por derecha o izquierda, al interior.

Los tres Kriéger en Autoclásica 2015.

El desarrollo de los automóviles eléctricos comenzó a quedarse en comparación al rápido impulso que adquirió la tecnología respecto a los motores de combustión interna. Al no poder aumentar la velocidad y la autonomía de los autos eléctricos esto los fue relegando a un uso más restringido como reparto dentro de ciudades. Por eso durante décadas los servicios postales de algunos países europeos siguieron usando vehículos eléctricos.

Los Kriéger hasta tuvieron un automóvil híbrido llamado Kriéger-Brasier lanzado en el año 1903. El motor de combustión interna era fabricado por la empresa Richard-Brasier. Pero los Kriéger sobrevivieron hasta el año 1909 pese haberse desarrollado un ómnibus de dos pisos para la ciudad de París. Pero la mala impermeabilización de los motores eléctricos le jugó en contra a la hora se ser un vehículo útil y funcional.

Los tres Kriéger vistos desde atrás antes de largar la carrera simbólica en Autoclásica 2015. 

Creo que pasará mucho tiempo para que olvide esa mañana de octubre en los jardines del Hipódromo de San Isidro cuando tres Kriéger salieron a pasear. Divirtiendo a sus ocupantes y conductores y a toda la concurrencia que los vimos en acción 117 años después que salieron de fábrica. Incluso uno de los Kriéger conserva partes originales del siglo XIX. Me asalta una pregunta: ¿cuántos de los automóviles del siglo XXI, que vemos rodar a diario, podrán estar en funcionamiento dentro de 117 años? No tengo la respuesta.

Las fotografías de los tres Kriéger eléctricos del año 1898 las tomé el viernes 9 de octubre de 2015 cuando tuve la suerte de asistir a Autoclásica 2015 en el predio de 9 hectáreas del Hipódromo de San Isidro en la provincia de Buenos Aires. Y adonde concurrí como acreditado de prensa por Archivo de autos.

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Mauricio Uldane
Editor de Archivo de autos

3 comentarios:

  1. ninguno habrá dentro de 117 años!!!

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  2. Respuestas
    1. Hola Carlos.
      Sí, se los podía usar como todos los días.
      En los inicios de la industria automotriz mundial la mayoría de los modelos eran abiertos. Algunos más lujosos, como estos Kriéger, eran cerrados en la parte trasera. Al igual que los carruajes tirados por caballo.
      Saludos.

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