La Agrupación Clásicos e Históricos del TC (ACHTC) exhibió dentro de la carpa, que había en su stand, una réplica a escala de la cupé Ford del año 1939, que fuera del piloto de Turismo Carretera (TC) Juan Gálvez. En esta nota, de la sección “Garaje Miniatura”, les contaré la historia que encierra esta miniatura.
La cupé Ford
La
historia comenzó en la década del cincuenta del siglo pasado. Juan
Gálvez, para esa época, había ganado el Gran Premio de Argentina del año 1949, recorriendo 11.035
kilómetros. Vale recordar que esa carrera era anual y por rutas
de nuestro país.
Gálvez
era un piloto consagrado, hermano de Oscar Gálvez, otro famoso
piloto de las Cupecitas del TC. Todo comenzó cuando un vecino,
dicen algunas crónicas, otras que eran un admirador de los logros de
Juan Gálvez, se acercó al taller, donde se preparaba la cupé Ford
del año 1939.
En
ninguna parte logré dar con el nombre de esta persona. Después de
mucho insistir logró que Juan lo dejara visitar su taller ubicado
sobre la Avenida Avellaneda, casi esquina con la calle Donato Álvarez,
de la ciudad de Buenos Aires.
El artesano
¿Qué
quería este hombre? Simplemente tomar dibujos de la cupé de su
admirado. La condición que podía hacerlo, pero sin hablar, ni saludar.
Al parecer Juan Gálvez era muy cuidadoso con las personas que llegaban a
su taller.
El
tiempo pasó y este personaje tomó muchos dibujos, y un buen día desapareció.
Reaparecería unos dos años más tarde con una caja. Dentro de ella esta
la réplica de cupé Ford de Juan Gálvez. Tan exacta era que hasta había
pedido un poco de pintura original.
Se
las pidió a los mecánicos de Juan, y con ella p¡ntó la réplica a escala.
Según los datos que encontré se dice que la escala es 1:8, o 1:10. Lo
cierto que Juan Gálvez se quedó maravillado con la maqueta y el regalo
de este personaje que no pude ponerle un nombre y apellido.
La pérdida
El
golpe de estado del año 1955 trajo muchos sinsabores para muchos
argentinos. Juan Gálvez no fue la excepción. La cupé original tenía
una leyenda en el techo, la cual decía “Fundación Eva Perón”.
Las autoridades de facto decretaron que no se podía mencionar, de
ninguna forma, al gobierno derrocado.
Por
eso, militares, llegaron a la casa de Juan Gálvez y le incautaron la
réplica que tanto apreciaba, y que no dejaba que sus hijos Juan y
Ricardo la usaran como juguete. Pese a que llegó a ser tapa de la
revista El Gráfico en diciembre de 1956.
Muy
dolido quedó Juan con esa
pérdida. Ya que apreciaba mucho esa maqueta que reflejaba con exactitud
su auto de carrera ganador. Pero la historia no termina ahí, sino no
estarían viendo las fotografías que ilustran esta nota.
La recuperación
Un
militar se acercó a Juan Gálvez para indicarle que sabía quién tenía
su maqueta. Según algunas crónicas era el mismo coronel que se la
había dado a su hijo como juguete. Otros relatos dicen que ese militar sabía
dónde estaba y logró que se la devolvieran.
La
decepción de Juan fue grande cuando le regresaron su maqueta prácticamente
destruida. Se enojó tanto que la metió en un cajón de repuestos
FoMoCo (Ford Motor Company) y clavó la tapa. Ese cajón quedó arrumbado
por años en su casa.
Eso
fue hasta que Ricardo Gálvez, el hijo menor, le llamó la atención
esa caja de repuestos y la desclavó. Dentro se encontró con la
maqueta que recordaba de niño, y además la indicación de su padre que no
era un juguete.
La restauración
En
una de las tantas invitaciones que recibió Ricardo, de la Asociación
Amigos del Turismo Carretera (AATC), descubrió que el “Negro”
Verón tenía una maqueta muy parecida, que era una réplica de
la cupé de Oscar Gálvez.
Le
pidió a Verón si no se animaba a restaurar la maqueta de Juan Gálvez y recuperar
ese regalo de un admirador. Verón aceptó y la AATC bautizó la
restauración como El Desafío. Verón desarmó la maqueta
para repararla por completo.
Pero
se enfermó y falleció. Se buscó quién pudiera seguir con la restauración
y el trabajo se le dio a Raúl “Coco” Acosta. Este artesano la dejó en el
estado que se aprecia en las fotos. Se había logrado recuperar un patrimonio
histórico de un piloto del TC.
Consideraciones finales
Gracias
a la gentileza de Guillermo Piano es que pude tomar las fotos de
la carpa de la ACHTC. Pero además me facilitó un escrito con la historia
de la maqueta. De ahí son las fotos de la recuperación en el taller
de Acosta.
Luego
recordé que la cupé la había visto en una edición anterior de
AutoClásica. Efectivamente fue parte de las miniaturas que exhibió
en su stand la Asociación Coleccionistas de Automodelos de la República
Argentina (ACAMRA), en la vigésima edición de AutoClásica 2022.
Ahí
es donde tomé la tapa de la revista El Gráfico, donde no solo aparece
Juan Gálvez, con sus hijos Juan y Ricardo, si no que también está la
maqueta de esta historia. Esa revista se publicó el viernes 21 de
diciembre de 1956, y fue la edición 1.945.
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Mauricio Uldane
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