martes, 16 de octubre de 2018

Cuatro días de autos y motos

Una edición más de AutoClásica, la 18ª para ser exacto, pasó por los jardines del Hipódromo de San Isidro en la provincia de Buenos Aires. Entre el viernes 12 y el lunes 15 de octubre nuevamente se pudieron ver autos y motos de tiempos pasados. En esta crónica podrán conocer algo de lo que sucedió en esos cuatro días del título.
 
La isla de la entrada con los 70 años de Porsche.

La ventaja de estar acreditado como prensa es la de poder asistir más de un día, de esos cuatro, sin costo alguno en la entrada. Siempre digo que si se quiere recorrer con profundidad AutoClásica un día no basta. Al menos se necesitan dos jornadas para tener una cabal idea de lo que se expuso, y de lo que no estuvo presente.

Más Porsche en el boulevard del Hipódromo de San Isidro.

El primer día que visito, por lo general, AutoClásica es el día viernes. Ideal porque es cuando la visita menos público y hay más acreditados de prensa de todos los medios imaginables. En este viernes 12 de octubre de 2018 el día fue gris. Pero por suerte no llovió, un clásico en esta muestra que se realiza desde el año 1998.

Los 50 años del Peugeot 504 en el Club Peugeot Clásicos de Argentina.

Sí, la lluvia, se hizo presente el día jueves 11 complicando algo el armado de los distintos stands de la muestra y del autojumble. Ya volveremos sobre el tema del autojumble de la 18ª edición de AutoClásica. Por ahora sigamos con la narración de lo que vi en ese día viernes.

En primer plano un Peugeot 504 GRTn
en el Club Peugeot Clásicos de Argentina.

Para empezar la organización, el Club de Automóviles Clásicos (CAC), celebraba los primeros 20 años de AutoClásica. No coincide con la edición de 2018 por la sencilla razón que los años 2001, 2002 y 2003 no se realizó la muestra, en los jardines del Hipódromo de San Isidro.

Las diferentes versiones del Citroën en el Citroën Club Buenos Aires.

Al entrar desde el ingreso de Avenida Santa Fe y Avenida Márquez, la rotonda que da la bienvenida a los visitantes, estaba dedicada a celebrar los 70 años de la marca Porsche. Lo mismo que parte de la isla central del boulevard.

El stand de Pur Sang Argentina.

A poco de caminar me topé con Diego Abal que andaba recorriendo la muestra y haciendo notas con Norberto Lema. En el mismo lugar me crucé con Florencio Gamallo y comenzó una jornada de charlas, que me acotaron el tiempo para recorrer la muestra. Gajes del oficio y de conocer fierreros en estos años que edito Archivo de autos.

El CASYM y sus micro autos. 

En el stand del Club de Peugeot Clásicos de Argentina, que celebró los primeros 50 años del lanzamiento del Peugeot 504, me lo crucé a Gustavo Feder, editor de la revista Autohistoria, entre otras de sus actividades vinculadas a la historia del automóvil. Gracias a él, que me lo presentó, conocí, cara a cara, a Hernán Oliveri, periodista especializado en autos del diario Clarín.

Los autos del Auto Union DKW Club.

El stand del Club de Peugeot Clásicos de Argentina contó con unos modelos del Peugeot 504 que no son habituales de ver en las calles argentinas. Dos cupés 504, una cerrada y la otra convertible, ambas diseñadas por Pininfarina, recibían al visitante al stand. Versiones TN, GRTn, rural y pick up completaban la gama del Peugeot 504. Una manera de conocer un poco más a este automóvil francés que se fabricó en Argentina.

Un Borgward Isabella del Borgward Club Argentina.

También en algún momento del día me crucé Juan Pablo Arrighi, que estaba en camino que lleva al sector de premiación. En ese sector nos cruzamos con Jorge Lizardo del CASYM (Club Argentino Scooters y Microcoupés), club que trajo muchos micro autos en esta edición de AutoClásica.

Un Justicialista en el Club I.A.M.E.

Recorrer el boulevard lleva su tiempo si se va hasta el fondo. Donde en un sector, que da para la Avenida Márquez, se ubica la Agrupación Clásicos e Históricos del TC (ACHTC) y enfrente la carpa de los Sport Prototipos. En ese sector se pudo ver a varios de los autos de carrera que marcaron una época en Argentina.

Baqueano 500 en el stand de CADEAA.

Muy cerca de esa carpa estaba el stand de Clásicos y Especiales, una empresa cordobesa que se dedica a la restauración de automóviles. Los vehículos expuestos, de diferentes épocas, eran una excelente muestra de los trabajos que realizan en rescatar vehículos del pasado. Valía la pena llegarse hasta ese lugar de AutoClásica 2018.

Tulia GT en el stand de CADEAA.

El Barrio de las Motos tiene siempre un encanto especial. Y es algo que se repite cuando uno habla con los visitantes a la muestra. En especial los más conocedores. Pero también es la opinión de muchos visitantes que no tienen tantos conocimientos de motos y autos.

Chevrolet C-10 en el stand del Pilar Vehículos Antiguos

En esa parte de la muestra, en el stand del Club Motos Puma charlé con Juan Corso. Como siempre la charla estuvo dando vueltas a las motos y los autos expuestos. Aunque también recordamos a José Luis Murgo, un amigo en común, que falleció el 9 de junio de este año. Una manera de mantener vivo el espíritu del editor de Coche Argentino. Murgo fue justamente quien el año pasado me había presentado a Corso.

El Phyton de Diego Gera.

El camino que lleva del Barrio de las Motos hasta el sector de premiación estuvo dedicado, en uno de sus lados, a una retrospectiva de los automóviles fabricados en Estados Unidos. Un recorrido por modelos y marcas desde la década del veinte hasta la década del cincuenta. Un interesante viaje por la historia de estos automóviles de nuestro continente.

Un Lincoln Continental en el stand del  Montevideo Classic Car Club.

Justo al final de ese camino, y yendo hacia el estacionamiento, estaba el sector dedicado a conmemorar los 70 años del Land Rover. Modelos y versiones de diferentes años nos ilustraban de cómo es la historia de este todo terreno británico. Casi enfrente estaban los queridos y recordados colectivos porteños. Algo apretados en su exhibición para mi gusto.

El homenaje a los 70 años del Land Rover.

Ahí finalizó casi la jornada del viernes, pero antes me cruzaría con Sebastián Torres integrante de la ACAMRA (Asociación Coleccionistas de Automodelos de la República Argentina). Ya en otra nota conoceremos algunas de las piezas que exhibieron en AutoClásica 2018. Camino al autojumble me llegué hasta el puesto de Carlos Pizarro, el Michi Foose Team, y sus autos a escala.

Las unidades del Museo del Colectivo.
El domingo 15, día de premiación, llegué, nuevamente temprano, para tomar las fotos que no pude el día viernes 12. Así pude pasar por la carpa de Leyendas Mundiales donde se exhibían autos y motos de carrera del pasado, viejo y no tan viejo. También pude pasar por las carpas de los Mercedes-Benz 300 SL, con el famoso Gullwing, o Alas de Gaviota, y los Best of Show de ediciones pasadas.

Ford  Landau que vino andando desde Brasil.

En el stand de CADEAA (Club Amigos de Automóviles Antiguos Argentina) se pudo observar algunas joyas mecánicas de fabricación nacional. Tanto de producción en serie, como el Baqueano 500 de IKA (Industrias Kaiser Argentina SA), como el Tulia GT, un fuera de serie hecho por Tulio Crespi.

Renault 4 CV en el stand del Club Gordini Baradero.

El Montevideo Classic Car Club trajo un par de ejemplares, un Lincoln Continental convertible de cuatro puertas y un Cadillac Serie 62 Hard Top, en un estado impecable. Tanto que uno de ellos participó de la premiación de AutoClásica 2018. El club uruguayo es un habitué de la exposición con autos de un nivel excelente.

El stand del Auto & Moto Club Clásico Tigre.

El Pilar Vehículos Antiguos (PIVAC) tuvo expuesta una camioneta Chevrolet C-10 en un estado increíble. Pero lo mejor de todo es que su dueño la usa a diario. Realmente el estado de conservación es impecable con poco kilometraje de fábrica. Valía la pena entrar en ese stand y caminar hasta el fondo para encontrarse con esa belleza mecánica. Enfrente, en el stand del Club Gordini Baradero charlé un rato con Federico Pujol.

Dodge cabriolet de 1930 restaurado en el stand de Clásicos y Especiales.

Un párrafo aparte hay que dedicarles a los hermanos fierreros brasileños que trajeron sus vehículos andando, desde el sur de su país. El tema es el lugar que les destinó la organización de AutoClásica. No era el mejor. Por un lado por estar enfrente de los colectivos, y otro por la cantidad de tierra que acumularon los vehículos. En especial a medida que se secó la entrada desde el estacionamiento al predio.

El stand de la Agrupación Clásicos e Históricos del TC.

Al promediar la tarde estuve en la premiación de los autos. Tema que abordaremos en una nota especial de Archivo de autos. Donde se mencionarán todas las categorías que participaron y los primeros y segundos puestos otorgados. También la terna y el ganador del Best of Show. En la premiación me crucé con Gustavo Feder, Adrián Vernazza y Fernando Gómez. Tres fierreros de ley.

Camioneta Chevrolet en el stand de Zschocke Motorsport.

En el final de la jornada del domingo me encontré con dos amigos fierreros: Alejandro Ochnio y Alberto Di Negro. Con el último ya me había cruzado, estaba con su esposa e hijo, luego del almuerzo. Almuerzo que compartí con cuatro cordobeses muy cómicos. Por supuesto cuatro amigos fierreros que vinieron a la muestra por dos días.

Algunos autos nacionales en el boulevard.

Con Ochnio y Di Negro hicimos la evaluación de AutoClásica 2018. Más tarde se nos unió, a la charla de evaluación, Adrián Vernazza. Si bien podemos tener posturas y visiones diferentes. Llegamos a conclusiones parecidas. La 18ª edición fue deslucida. Menos autos  y motos que la edición pasada. Muchos huecos sin cubrir en el boulevard. Tampoco había vehículos de la categoría Anciens, y eso se notó en la premiación.

La retrospectiva de los autos de Estados Unidos.

También se notó una menor participación de puestos en el autojumble. Esto en parte por la recesión económica que nos toca vivir, y en parte por el alto valor de las parcelas. Queja que escuché en boca de más de uno de los que trajeron sus puestos a esta 18ª edición. Pero se notó la falta del verdadero espíritu del autojumble: los viejos repuestos y accesorios.

El Halcón de Pronello en la carpa de los Sport Prototipos.

Si bien había puestos, y varios, se notó un incremento de oferta de otros productos en los distintos locales del autojumble. Desde antigüedades, pasando por la ropa, hasta terminar en una gran cantidad de autos a escala de distintos precios y tamaños. Público hubo pero según la información de prensa que dispongo menor al año pasado: unos 2.000 visitantes menos…

El stand del Club Motos Puma.

Puede ser un síntoma del momento económico. Pero también de algunas fallas en la organización. También en alguna saturación de un sector del público, que se queja de ver siempre lo mismo. Cosa que no es tan así. En cada muestra he descubierto rarezas. Justamente de eso se tratará la próxima nota dedicada a AutoClásica 2018: las rarezas. Las hubo pese a la parte negativa de la muestra.

Mauricio Uldane
Editor de Archivo de autos

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#Archivodeautos, #AutoClásica2018, #Crónica

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