domingo, 26 de agosto de 2018

Reflexiones sobre el automóvil

Han pensado cómo sería la humanidad sin la presencia del automóvil. Y cuando me refiero al automóvil lo hago extensivo a todas sus variedades que conocemos. Sin esos vehículos que se mueven por sí solos de tres o más ruedas el mundo que conocemos sería muy diferente.
 
Daimler del año 1886.

Qué pasaría si una mañana cualquiera, de un mes cualquiera, de un año cualquiera, despertáramos por la mañana y los autos no estuvieran presentes. Si nos asomáramos por la ventana de nuestras casas y viéramos las calles sin autos, o sus derivados, cómo sería el paisaje urbano.

Seguramente que muy diferente a lo que vemos a diario. Porque el automóvil desde su aparición a finales del siglo XIX ha logrado transformar a la sociedad y su manera de transportarnos. Durante siglos fueron los carruajes, tirados por caballos, los que llevaron a las personas de un lado a otro sobre la superficie del planeta.

Ader del año 1902.

Movidos por el motor biológico que fueron los caballos. Caballos que también fueron los que transportaron a las personas en este planeta. Tan importantes fueron que algunas parte de este mundo no tener un caballo significaba la muerte.

Algo de eso pasaba en la provincia de Buenos Aires, donde en las afueras de los poblados, que llamaban desierto, aunque no tuviera las características de éste, ir de un lado a otro sin caballo podía significar encontrarse con jaurías y ser atacado por ellas. En otras partes del mundo se podía morir por el clima o por ataques de otras personas. Todo por no tener un caballo y poder escapar a todo galope.

Argyll del año 1913

Pero como pasa en la actualidad no todos los habitantes de este mundo tenía el dinero para comprar un caballo. Por eso estaban los transportes de personas, carruajes tirados por caballos. Tanto que en las grandes ciudades hubo ómnibus o tranvías tirados por caballos. Hasta que lograron que los motores a vapor fueran lo suficientemente livianos para estar sobre esos carruajes.

Ya Nicholas-Joseph Cugnot sentó las bases del futuro automóvil con su carro a vapor. Ese primer vehículo autopropulsado comenzó a cambiar la manera de transportar cargas y personas. Estamos hablando del año 1771 cuando faltaba un poco más de un siglo para que Karl Benz patentara su triciclo con motor a combustión interna.

Ford A del año 1928

Eso fue el 29 de enero de 1886. Ese día obtuvo la patente para su triciclo con un motor que funcionaba según el ciclo establecido por Nikolaus Otto. Este ingeniero alemán había creado el motor de cuatro tiempos de combustión interna. Nada sería igual a partir de ese momento.

Si bien estos motores se usaron en forma estacionaria en la industria, rápidamente muchos vieron su uso en vehículos autopropulsados. Como lo hizo Gottlieb Daimler, se diría que fue el otro padre del automóvil junto a Karl Benz. La suerte del último en obtener la primera patente para un automóvil.

Voisin C24 del año 1932.

Porque ambos habían trabajado en forma contemporánea, en la misma Alemania, pero sin conocerse en persona. Benz pensaba que el motor de combustión interna tenía un futuro en la industria, como motor estacionario. Pero su esposa Bertha Ringer le hizo ver otra realidad al usar su triciclo en el primer viaje largo de un vehículo autopropulsado. Ese tal vez fue un hecho bisagra en la historia del automóvil y todo cambió en forma acelerada para los tiempos de la historia de la humanidad.

En un principio no se le decía automóvil, ese término es más propio de los inicios del siglo XX. A finales del siglo XIX se les decía carruajes sin caballos. Porque eran lo que parecían: carruajes a los que les habían quitado las varas y los caballos.

Ford Woody del año 1941.

El automóvil, en sus primeros 100 años de vida, tuvo una evolución increíble. Si comparamos 100 años para atrás la evolución de los carruajes tirados por caballos, con los autos, veremos la enorme diferencia en los cambios. Uno de los primeros autos puesto al lado de un auto de la década del ochenta nos hace dudar que el más viejo sea el ancestro del más nuevo…

Tal fue el cambio que tuvo el automóvil durante el siglo XX. Pero no solo fue el auto, sino que la sociedad toda cambió en torno al mundo del automóvil. Desde las ciudades hasta los caminos. Cuando los autos se hicieron confiables para viajar lejos apareció la necesidad de contar con caminos pavimentados, rutas asfaltadas para ser claro. De ahí a la primera autopista en Italia, en los años veinte, solo fue un paso.

Chevrolet Bel Air del año 1958.

Pero el uso del auto en las ciudades dio origen a las primeras reglamentaciones. Recordemos que en aquellos primeros años, los autos, convivieron con los carruajes tirados por caballos. En medio tenían la competencia de los autos movidos a vapor y los eléctricos.

Con el correr de las décadas las ciudades comenzaron a adaptarse a los autos y sus derivados. A la par que éstos evolucionaban de una manera acelerada, como nunca se había visto antes con un medio de transporte. Transporte que cambió para siempre la manera de encarar los viajes, desde ir al trabajo hasta para salir de vacaciones.

Fiat 1300-1500 del año 1961.

En parte el automóvil nos trajo libertad de movimiento junto a otras cosas. Como el mantenimiento. No era simplemente cepillar el pelo y darle de comer y beber… Al ser una máquina más compleja, más complejo fue mantenerlo. La vida en las sociedades cambió radicalmente con el automóvil.

Tanto que pasó a ser un miembro más de las familias. Sino que lo digan los millones de fotos familiares donde hay algún tipo de vehículo junto a los integrantes humanos. También eso fue cambiando con las décadas, como cambian las sociedades humanas.

Alfasud del año 1972.
No es posible pensar un mundo sin autos. No al menos como lo conocemos. Ninguno de los vivos en este siglo XXI conoció un mundo sin autos. Los que los conocieron están todos muertos. Igual así las personas que están a punto de cumplir 100 años, o los superaron, vieron tantos cambios en la fisonomía y el funcionamiento de un automóvil, que podrían hablar un largo rato de eso.

Todavía nos queda por ver mucha más evolución en el automóvil. Es más que evidente que nos seguirá acompañando en el mundo que nos toca vivir. El próximo paso cercano es su autonomía de manejo. ¿Será posible que conducir un automóvil con nuestras propias manos sea una antigüedad? O más allá todavía, ¿qué ningún humano sepa manejar un automóvil del pasado en futuro algo lejano?

Audi 80 del año 1983.

No lo sabemos. Pero lo que sí sabemos, todos los habitantes del planeta Tierra, que el automóvil transformó por completo, y para siempre, la sociedad que conocemos. Tanto que no podemos pensar un mundo sin ellos. Al menos sin hacer un esfuerzo muy grande para levantarnos una mañana cualquiera y ver desde la ventana de nuestro dormitorio que los autos han desaparecido…

Mauricio Uldane
Editor de Archivo de autos

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#Archivodeautos, #Unpocodehistoria, #automóvil

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