La empresa japonesa Toyo Kogyo,
fabricante de la marca Mazda, en el año 1984 seguía apostando al motor Wankel
para su modelo RX-7. Tanto que en ese año comenzaron a participar en la
categoría rally en Europa.
La versión del año 1984, de la cupé Mazda
RX-7, tenía algunos cambios estéticos en su carrocería. Uno era un spoiler en
la tapa del baúl (en una de las fotografías se aprecia claramente). También el
tablero tenía un nuevo diseño, que había dejado de ser envolvente. El
instrumental analógico tenía números rojos sobre fondo negro.
El motor Wankel birrotor, de ubicación
delantera longitudinal, tenía una cilindrada relativa de 1.146 centímetros
cúbicos, mientras que la cilindrada corregida era de 2.292 centímetros cúbicos.
Esta última cilindrada se tomaba en base a los gases frescos que entraban en la
cámara para dejar su energía.
La potencia del motor era de 113 CV DIN a
6.000 revoluciones por minuto con un torque de 15,1 kilográmetros a 4.000
revoluciones por minutos. Mientras que la relación de compresión era de 9,4:1 y
podía usar nafta común. Esto último era una buena noticia para el propietario
de una cupé Mazda RX-7.
Ya que tenía un consumo elevado. Los
valores promedio en ciudad daban 15,8 litros cada 100 kilómetros recorridos. Si
se apretaba de más el acelerador la cifra trepaba a los 20 litros. Era uno de
los puntos oscuros del motor Wankel: el consumo excesivo de combustible.
Tanto que el problema persistía para la
versión del año 1984. Una forma de resolverlo fue agrandar el tanque de
combustible a 63 litros y montar una rueda de auxilio de menor tamaño. La
autonomía podía ser de solo 300 kilómetros.
Si bien la característica de este motor
rotativo era la suavidad de marcha y la ausencia de vibraciones, no tenía buena
aceleración. Tanto que el RX-7 necesitaba de 32 segundos para alcanzar los
1.000 metros. Tardaba 2 segundos más que el Volvo 244 Turbo que no era un
automóvil con diseño deportivo.
Las revoluciones del motor Wankel del RX-7
podía ir de las 1.500 a las 7.000 vueltas sin problemas. El tema era que al ser
tan elástico y suave en la marcha atentaba contra la aceleración. Al menos era
la palabra de los periodistas europeos que habían probado al Mazda RX-7.
La velocidad máxima era de 200 kilómetros
por hora, pero el escalonamiento de la caja de velocidades, de cinco marchas,
no era la ideal. Tampoco la suspensión trasera con eje rígido con cuatro barras
longitudinales y dos transversales respiraba deportividad. Al parecer podía
complicar la conducción sin tener una atención adecuada.
La suspensión delantera era independiente
del tipo McPherson y los frenos eran a discos ventilados en las cuatro ruedas
con servo freno. Al parecer de buen desempeño según los tests europeos. La dirección
era del tipo de bolillas circulantes.
La cupé RX-7 fue diseñada en el año 1978
con una clara inspiración en el Porsche 924, y también parecido al Matra M 530.
El coeficiente aerodinámico (Cx) logrado era de 0,32 con un largo total de
4.320 milímetros y un peso de 1.100 kilogramos. El reparto de cargas era de 51%
para el eje delantero y de 49% para el eje trasero. El interior de la cupé era
del tipo 2+2.
En mayo de 1984 dos Mazda RX-7 hicieron
su debut en el Rally de Acrópolis en Grecia. Para ello la FIA (Fédération
Internationale de l’Automobile, Federación Internacional del Automóvil) exigía,
para participar del Grupo B, la producción de 200 unidades en doce meses
consecutivos.
La cifra se alcanzó el 1 de mayo de 1984
y se tuvo todo listo para la primera carrera en Europa. En esa carrera debut
una de las unidades presentadas en Grecia llegó en noveno puesto. Claro que
tenía que competir con el Audi Quattro, el Lancia 037, el Peugeot 205 y el Opel
Ascona 400.
Esta versión de rally (hay una fotografía
en esta nota) del RX-7 tenía un largo de 4.310 milímetros y pesaba 960
kilogramos. La gran diferencia estaba debajo del capot. El motor, que derivaba
del auto de calle, tenía una cilindrada de 2,6 litros con la posibilidad de
llegar a los 300 CV DIN a 8.500 revoluciones por minuto. El torque era de 27 kilográmetros
a 7.000 revoluciones por minuto.
Como dice Ernesto Parodi integrante del CASYM (Club Argentino Scooters
y Microcoupés) y seguidor de Archivo de autos: “al motor Wankel no le dieron tiempo”. Y creo que algo de eso hay.
Más allá de las deficiencias no dejaron, por varios motivos, el desarrollo
pleno del motor Wankel. Ahora la empresa Toyo Kogyo anuncia que lo usará como
motor alternativo en autos movidos por motores eléctricos. Las fotografías
fueron tomadas de la revista Su Auto número 52 del mes de agosto de 1984.
Mauricio
Uldane
Editor
de Archivo de autos
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