El Lotus Europa siempre me pareció un
auto extraño. Casi un furgón si lo vemos rápido de perfil. Creo que conocí este
auto británico, por esta pieza de Matchbox, antes que ver una fotografía en una
revista especializada.
Esta pieza es una de los “autitos de
colección” que no tiene su caja original de cartón. Alguna vez tenía que
suceder. La caja no sé que fin tuvo, pero es evidente que se perdió en el
camino de los años transcurridos desde 1969.
Año que está estampado en el chasis del
Lotus Europa de color azul de la serie Superfast. Esos Matchbox salían
disparados si se los hacía correr sobre alguna superficie lisa. Como el piso de
mosaicos negros con manchas blancas de mi casa de la infancia.
Se nota que fue un “autito de colección”
muy jugado por la cantidad de cachaduras que presenta su carrocería. Tengo la
vaga idea que fue uno de los primeros Superfast que llegó a mis manos de la
Librería San Agustín. Esa que estaba ubicada a la vuelta de mi casa.
Dos particularidades de este Lotus
Europa: abre sus puertas y tiene gancho para remolcar. Y va otro Matchbox con
enganche para remolque. Esta pieza es otra, de las tantas, que tiene una letra
mayúscula “A” encerrada entre paréntesis en su chasis metálico. Todavía nadie
me ha podido explicar qué significa. ¿Algún entendido en el tema lo sabe?
Al verlo de abajo se nota el desgaste en
las cuatro ruedas del Lotus Europa. Es decir que caminó sobre la colcha de
planchar, y otras superficies, en juegos en mi infancia. Algunos de esos juegos
se desarrollaron sobre la mesa libro, de formica blanca con manchas negras, del
comedor de mi casa.
Imagino que este Lotus Europa despertó,
desde el vamos, ideas por sus formas y por tener ese aire deportivo en sus
llantas. Más al ser de la serie Superfast, y tal vez, uno de los primeros en
caer en mis manos. Los Matchbox siempre fueron apreciados por mí.
La relación con estos “autitos de
colección” se ha mantenido por años. Pese a no tenerlos a la vista, por ejemplo,
en una vitrina. Siempre han estado presentes. Y si no era yo el que los
recordaba, alguien de mi entorno familiar se acordaba de ellos y la de cantidad
que tenía.
Les digo a los lectores que no me
considero un coleccionista. Eso por un motón de motivos. Simplemente he tenido,
y tengo, una relación afectiva con estos Matchbox. No por nada formaron parte
de mi niñez y fueron una especie de entrenamiento en materia automovilística.
Diría que una educación no sistemática
fierrera. Porque conocí muchos autos, por estos Matchbox británicos, antes de
encontrarlos en alguna publicación especializada. O verlos en la pantalla del
televisor de mi casa o en la pantalla del algún cine. Eran un conocimiento
previo en muchos casos.
Por otro lado motivaban investigar cuál
era el auto, camioneta o camión real al cual reproducían. Siempre me pregunto
si los creadores de los Matchbox fueron conscientes de los que producían en las cabezas de los
chicos de los años sesenta y setenta.
Conozco a muchas personas donde los Matchbox,
producidos por Lesney Products & Co. Ltd. de Gran Bretaña, marcaron parte
de sus vidas. Pese a no tenerlos consigo, por múltiples motivos, los recuerdan
con mucho afecto. Ese afecto es por las horas de juegos en sus casas, con
hermanos o amigos.
Esos juegos por la tarde, en época del
ciclo lectivo, eran una parte de mis actividades diarias. Aunque no siempre
podía jugar sobre la mesa libro del comedor de mi casa de la infancia. Pero sí
que era una actividad periódica. Casi tan importante como la educación escolar.
Claro eso lo descubro con el paso de las
décadas, y en parte gracias a estas notas sabatinas. Notas que se vienen
publicando desde la Temporada 2016 de Archivo de autos. Durante esta Temporada
2017 terminaremos de conocer todos los Matchbox, en buen estado, de mi
infancia. Alguna vez tenía que pasar.
Pero todavía nos quedan varias semanas
para conocer a esos Matchbox que brindaron juegos, emociones y despertaron la
imaginación. Esa gran compañera en las tardes sobre la mesa libro del comedor
de un edificio en el barrio de Recoleta, en la ciudad de Buenos Aires. Han
pasado muchos años, pero el espíritu sigue vivo, como la presencia ineludible
de los Matchbox de mi infancia.
Para los que tengan ganas de ver todos los “autitos de
colección” del “Garaje Miniatura”,
les dejo el enlace con la página donde están todas las notas publicadas hasta
la fecha: http://archivodeautos.blogspot.com.ar/p/garaje-miniatura.html
¿Te gustó esta nota? Podés convidarme un
cafecito: https://cafecito.app/archivodeautos
Mauricio
Uldane
Editor
de Archivo de autos
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