sábado, 14 de octubre de 2017

El Lotus Europa de Matchbox

El Lotus Europa siempre me pareció un auto extraño. Casi un furgón si lo vemos rápido de perfil. Creo que conocí este auto británico, por esta pieza de Matchbox, antes que ver una fotografía en una revista especializada.


Esta pieza es una de los “autitos de colección” que no tiene su caja original de cartón. Alguna vez tenía que suceder. La caja no sé que fin tuvo, pero es evidente que se perdió en el camino de los años transcurridos desde 1969.


Año que está estampado en el chasis del Lotus Europa de color azul de la serie Superfast. Esos Matchbox salían disparados si se los hacía correr sobre alguna superficie lisa. Como el piso de mosaicos negros con manchas blancas de mi casa de la infancia.


Se nota que fue un “autito de colección” muy jugado por la cantidad de cachaduras que presenta su carrocería. Tengo la vaga idea que fue uno de los primeros Superfast que llegó a mis manos de la Librería San Agustín. Esa que estaba ubicada a la vuelta de mi casa.


Dos particularidades de este Lotus Europa: abre sus puertas y tiene gancho para remolcar. Y va otro Matchbox con enganche para remolque. Esta pieza es otra, de las tantas, que tiene una letra mayúscula “A” encerrada entre paréntesis en su chasis metálico. Todavía nadie me ha podido explicar qué significa. ¿Algún entendido en el tema lo sabe?


Al verlo de abajo se nota el desgaste en las cuatro ruedas del Lotus Europa. Es decir que caminó sobre la colcha de planchar, y otras superficies, en juegos en mi infancia. Algunos de esos juegos se desarrollaron sobre la mesa libro, de formica blanca con manchas negras, del comedor de mi casa.


Imagino que este Lotus Europa despertó, desde el vamos, ideas por sus formas y por tener ese aire deportivo en sus llantas. Más al ser de la serie Superfast, y tal vez, uno de los primeros en caer en mis manos. Los Matchbox siempre fueron apreciados por mí.


La relación con estos “autitos de colección” se ha mantenido por años. Pese a no tenerlos a la vista, por ejemplo, en una vitrina. Siempre han estado presentes. Y si no era yo el que los recordaba, alguien de mi entorno familiar se acordaba de ellos y la de cantidad que tenía.


Les digo a los lectores que no me considero un coleccionista. Eso por un motón de motivos. Simplemente he tenido, y tengo, una relación afectiva con estos Matchbox. No por nada formaron parte de mi niñez y fueron una especie de entrenamiento en materia automovilística.


Diría que una educación no sistemática fierrera. Porque conocí muchos autos, por estos Matchbox británicos, antes de encontrarlos en alguna publicación especializada. O verlos en la pantalla del televisor de mi casa o en la pantalla del algún cine. Eran un conocimiento previo en muchos casos.


Por otro lado motivaban investigar cuál era el auto, camioneta o camión real al cual reproducían. Siempre me pregunto si los creadores de los Matchbox fueron conscientes  de los que producían en las cabezas de los chicos de los años sesenta y setenta.


Conozco a muchas personas donde los Matchbox, producidos por Lesney Products & Co. Ltd. de Gran Bretaña, marcaron parte de sus vidas. Pese a no tenerlos consigo, por múltiples motivos, los recuerdan con mucho afecto. Ese afecto es por las horas de juegos en sus casas, con hermanos o amigos.


Esos juegos por la tarde, en época del ciclo lectivo, eran una parte de mis actividades diarias. Aunque no siempre podía jugar sobre la mesa libro del comedor de mi casa de la infancia. Pero sí que era una actividad periódica. Casi tan importante como la educación escolar.


Claro eso lo descubro con el paso de las décadas, y en parte gracias a estas notas sabatinas. Notas que se vienen publicando desde la Temporada 2016 de Archivo de autos. Durante esta Temporada 2017 terminaremos de conocer todos los Matchbox, en buen estado, de mi infancia. Alguna vez tenía que pasar.


Pero todavía nos quedan varias semanas para conocer a esos Matchbox que brindaron juegos, emociones y despertaron la imaginación. Esa gran compañera en las tardes sobre la mesa libro del comedor de un edificio en el barrio de Recoleta, en la ciudad de Buenos Aires. Han pasado muchos años, pero el espíritu sigue vivo, como la presencia ineludible de los Matchbox de mi infancia.


Para los que tengan ganas de ver todos los “autitos de colección” del “Garaje Miniatura”, les dejo el enlace con la página donde están todas las notas publicadas hasta la fecha: http://archivodeautos.blogspot.com.ar/p/garaje-miniatura.html

¿Te gustó esta nota? Podés convidarme un cafecito: https://cafecito.app/archivodeautos

Mauricio Uldane
Editor de Archivo de autos 

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