sábado, 5 de agosto de 2017

Mercedes Superfast de Matchbox

Los “autitos de colección” de mi infancia de la serie Superfast de Matchbox fueron los últimos que ligué de regalo cuando era chico. Por eso la mayoría de los que conservé, de mi niñez, están en tan buen estado. Como es el caso de esta cupé Mercedes-Benz 300 SE.



Tiene algunas pequeñas cachaduras en su pintura, pero nada que desluzca el estado general de la pieza. Pese a tener casi 50 años de estar conmigo guardada, como corresponde, en su caja original.


Aunque no todos los Matchbox de mi infancia tuvieron esa suerte. Hay otros que he conservado, pero sus cajas desaparecieron en las décadas pasadas. Ya los conoceremos a lo largo de lo que resta de esta Temporada 2017 de Archivo de autos.


Como siempre les digo la particularidad de los Matchbox de la serie Superfast era un enorme capacidad para salir disparados, si se los lanzaba con cierta fuerza. Tanto que esta capacidad era aprovechada en las pistas de plástico de color amarillo.


Hasta tenían lanzadores y todo. Recuerdo estas pistas dobles, o simples, donde se podían correr carreras entre los distintos modelos de Matchbox del catálogo. A partir del año 1968 comenzaron a aparecer estos modelos de la serie Superfast.


Y como era de esperar los chicos de esos años nos volvimos locos por tenerlos. Este Mercedes-Benz 300 SE es un cabal ejemplo. No solo por sus ruedas deportivas, sino por el color dorado metalizado de su carrocería.


Esa era otra de las particularidades de los Matchbox Superfast: colores estridentes para finales de la década del sesenta. Los ejes finos y las ruedas deportivas llegaron no solo a los autos, sino a las camionetas, los camiones y hasta los remolques. En breve conoceremos uno de estos remolques…


Tengo el recuerdo de una cupé Mercedes-Benz que mi padre tuvo a la venta. No era de él, solo se la habían dado para que la vendiera. Tenía esta misma línea, pero no estoy seguro que fuera el mismo modelo 300 SE. Sí, que estaba pintada de color rojo.


Sin lugar a dudas era un auto llamativo, aunque ya tuviera sus años. Igualmente no pasaba desapercibido por las calles por donde uno transitara. Así que me imagino en uno de color dorado y el revuelto que podría ocasionar…


Pero claro estamos hablando de un auto a escala 1:64 y que no era otra cosa que un juguete. Porque los Matchbox no era otra cosa que eso: un juguete. Y los chicos de los años sesenta y setenta lo teníamos muy en claro.


Eran juguetes que despertaban emociones que aún perduran en el tiempo. Sino no se justificaría la cantidad de coleccionistas que hay de Matchbox en el mundo entero. Simplemente con recorrer un poco Internet aparecen los coleccionistas por doquier.


Tanto que hay catálogos de referencia para los coleccionistas. Hay muchas versiones de una misma pieza de los diferentes catálogos que publicaba la empresa británica Lesney Products & Co. Ltd. Algunos están dando vueltas por mi casa. El tema es encontrarlos…


Otro atractivo del Mercedes-Benz 300 SE era que su baúl se podía abrir. No era algo que trajeran todos los Matchbox. Más bien eran pocos a los que se les podían abrir el capot, las puertas o el baúl. Eso le agregaba un plus más a la hora de jugar. Jugar e imaginar mundos sobre la colcha de planchar en la mesa libro del comedor de mi casa. Montar un escenario para crear un mundo donde los Matchbox cobraban vida. Sus motores sonaban en esos caminos trazados sobre una tela.


El resto desaparecía y ya estábamos sumergidos en situaciones a las que nos llevaban con sus ruedas los amados Matchbox de la infancia. Simplemente con deslizarlos sobre la colcha de planchar todo comenzaba a surgir. Todo saliendo de la mente de un chico de no más de 8 años de edad.


Siempre que puedo les cuento que los Matchbox fueron un entrenamiento que se dio jugando. Sin quererlo fui tomando contacto con autos que no eran posibles de ver en las calles argentinas. Aunque algunos se les parecían y eso les daba otro significado a ese “autito de colección”.


Creo que conocí muchos autos a través de mis Matchbox antes que lo viera en una fotografía en una publicación determinada. Era como encontrar una cara conocida de mucho tiempo antes. Casi como un viejo amigo. Porque eso son mis amados Matchbox: viejos amigos.


Amigos de juegos de la infancia que me ayudaron a formarme. En distintos aspectos. Desde el conocimiento de un determinado auto hasta la manera de cuidarlos y de preservarlos con el paso del tiempo. Si bien estuvieron durmiendo muchos años, ahora, tienen la oportunidad de darse a conocer.


Lo bueno de todo esto es encontrarse con muchos lectores, que han sido compañeros de ruta en estas lides de jugar con los Matchbox. Son juguetes que calaron muy hondo en los sentimientos de muchos chicos de todas partes del mundo. No sé hasta donde fueron conscientes sus creadores…


Para los que tengan ganas de ver todos los “autitos de colección” del “Garaje Miniatura”, les dejo el enlace con la página donde están todas las notas publicadas hasta la fecha:


Mauricio Uldane
Editor de Archivo de autos 

Archivo de autos tiene Internet propia financiada por sus seguidores y por publicidad en este blog.

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