No sé si conocí primero al Opel Diplomat
de Matchbox, en mis manos cuando me lo regalaron, o a través de la revista
Automundo que compraba todas las semanas mi padre. Lo cierto que para mí era
una figura reconocible. Otra parte del entrenamiento fierrero de mi infancia.
Es uno de los pocos “autitos de
colección” de mis amados Matchbox que su capot se abre y nos deja ver el vano
motor. En este caso un motor de 8 cilindros en V. El Opel Diplomat era un
automóvil de lujo y alta gama en la década del sesenta en Alemania.
Eso era lo bueno que tenían los Matchbox
de hace 50 años en el pasado, nos hacían conocer, a los chicos de entonces,
autos, camionetas y camiones de Europa y algunos de Estados Unidos. Era como
abrir una ventana al mundo del automovilismo.
Claro que no eran autos a escala pensados
para un coleccionista sino para que los chicos jugaran. Pero que pudieran jugar
con algo lo más parecido a la realidad de las calles de alguna parte del mundo.
Y eso era mucho para nuestra infancia.
El Opel Diplomat está bien conservado
pese a las décadas que está conmigo. Seguro que fue otro de los “autitos de
colección” que llegó desde la Librería San Agustín a la vuelta de mi casa. Esa
que quedaba en la misma manzana pegadita a la estación de servicio Esso.
También es otro de los Matchbox que tiene
gancho para remolque, algo desproporcionado en su tamaño. Pero a la hora de
jugar no era algo que nos molestara en los años sesenta. Todo lo contrario era
un poco más de diversión asegurada.
En eso la imaginación siempre nos daba
una mano y los remolques del catálogo de Lesney Products & Co. Ltd. hacían
el resto de nuestros juegos. Juegos que en mi caso tenían como centro de
divertimento la mesa libro, de formica blanca con manchas negras, del comedor
de mi casa de la infancia.
Otra particularidad de este Opel Diplomat
es su pintura metalizada. No era nada habitual de ver en automóviles argentinos
ese tipo de pintura a mediados de la década del sesenta. Esos detalles sumaban
puntos para los que éramos chicos en esos años.
La pieza está en muy buenas condiciones
con pequeñísimos detalles en su pintura. Hasta el capot abre perfectamente y se
queda solo abierto, tal como se aprecia en las fotografías que ilustran esta
nota de la sección “Garaje Miniatura”.
Este Opel Diplomat seguramente me lo
regalaron entre 1967 y 1968. No lo recuerdo con precisión. Sí, que fue antes
del año 1969 cuando se lanzó la serie Superfast. También hubo una versión de
este modelo de Matchbox.
La caja de cartón original es su garaje
natural desde que llegó a mis manos hasta la fecha. Esas cajas son parte del
encanto de los “autitos de colección” de mi infancia. Algunas no están, pero sí
la mayoría porque les hice caso a mis padres y las preservé.
Como el cuidado de estos Matchbox que
cada sábado les muestro cuando se abren las puertas del “Garaje Miniatura”. Es repasar la infancia, no con nostalgia, sino
como parte importante en el crecimiento. Ese crecimiento que sirvió para
conocer muchos autos.
Algunos de los cuales ahora les puedo
mostrar en las notas diarias de Archivo de autos, y no hablo de los “autitos de
colección” de mi infancia. Hablo de esas otras imágenes que salen de mi archivo
de datos. Ese archivo existe gracias a esos Matchbox. Pero eso lo descubrí con
el correr de las décadas.
Para los que tengan ganas de ver todos los “autitos de
colección” del “Garaje Miniatura”,
les dejo el enlace con la página donde están todas las notas publicadas hasta
la fecha:
Mauricio
Uldane
Editor
de Archivo de autos
Archivo de autos
tiene Internet propia financiada por sus seguidores y por publicidad en este
blog.
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