La revista Parabrisas publicó unos cuadros clínicos de
algunos automóviles fabricados en Argentina. En tres oportunidades, Archivo de
autos, publicó notas reproduciendo, en imágenes, la totalidad de los cuadros
clínicos del Siam Di Tella, el Citroën 2 CV y del Auto Union 1000 S. Pero no
tuvieron el alcance de difusión que esperaba. Ahora, en este nuevo año, vuelvo
sobre los cuadros clínicos de autos argentinos con los archiconocidos Renault
Dauphine y Renault Gordini. Espero que les sea útil a los usuarios de estos
automóviles de origen francés que fueron fabricados en Argentina por IKA (Industrias Kaiser
Argentina SA) y por IKA-Renault.
En las imágenes que ilustran esta nota
encontrarán, completa, la nota sobre el cuadro clínico del Renault
Dauphine-Gordini publicada en la revista Parabrisas en el número 67 de julio de
1966, y que fuera la segunda entrega de esta serie. Ahora pasemos a conocer
algunos detalles del análisis de problemas de los modelos en cuestión.
La primera falla era por el uso del
embrague en los modelos Dauphine. Estos traían caja de tres velocidades y la
primera marcha no era sincronizada. Tampoco lo era en el Gordini, pero al tener
una marcha más la segunda era más corta. El problema estaba en que muchos
usuarios del Renault Dauphine salían de una detención total en segunda
velocidad. Lo cual hacía patinar el embrague con el consiguiente desgaste de
este.
La solución no venía por colocar un
embrague más resistente porque a la larga se arruinaban el cable de embrague, o
peor el elemento de carbón grafitado de empuje. Las soluciones eran dos: hacer
doble embrague, cosa que no todos los conductores sabían realizar, o la empresa
IKA colocaba el sincronizado en la primera velocidad, algo más difícil que
aprender la técnica del doble embrague.
Otro problema era la rotura de la carcasa
de la caja de velocidades, que era del tipo puente. Esto era por que se
aflojaban los bulones y al tomar juego se rompía la carcasa de la caja puente
por ser de fundición de aluminio y más débil.
El tema de ajustar los bulones inferiores era fácil, pero los superiores eran
otro cantar. Para hacerlo había que remover el radiador y el calefactor. No se
hacía casi nunca, pero era de vital importancia chequear esos bulones para
evitar la posterior rotura de la carcasa de la caja de cambios.
El mantenimiento, o mejor dicho, el
cambio del buje del distribuidor era necesario realizarlo cada 20.000
kilómetros recorridos. De lo contrario el automóvil tendía a salirse de punto
con lo cual se dificultaba la puesta en marcha. Como agregado, el juego que
tomaba dicho buje, nos podía empastar las bujías.
Un punto a tener en cuenta era los faros
delanteros, que al estar montados sobre la tapa del baúl, un simple golpe podía
sacarlos de regulación. Además los tornillos de registro de bronce podían
atascarse en las lengüetas que podían oxidarse. La regulación se hacía
dificultosa, máxime tener un sistema con tornillo y resorte.
Un dato a tener en cuenta era que el portaequipajes,
tan en boga en aquellos años de la década del sesenta, podía entorpecer el
normal enfriamiento del motor. Al parecer se necesitaba un despeje mínimo, de
por lo menos 6 centímetros, entre la parte superior del techo y la parte
inferior del portaequipajes. Algo fundamental en un motor trasero como el que
tenían los Dauphine y Gordini.
Las parrillas superiores de la suspensión
delantera tenían cierta debilidad para los malos caminos de Argentina. Al
parecer una pequeña industria de enderezado en frío se había montado para
subsanar este inconveniente. De ahí que los talleres especializados trabajaran
con piezas de recambio, a la hora de reparar la suspensión delantera.
Pese a todas estas fallas los Renault
Dauphine-Gordini fueron autos muy nobles y económicos para sus usuarios. Sino
que lo digan la cantidad de unidades, que todavía, están circulando, ya como
auto clásico, en Argentina. Son varios los clubes que reúnen a los amantes de
la marca y el modelo. Justamente ellos sabrán apreciar un cuadro que acompaña
este cuadro clínico.
En dicho cuadro se describen, por mes y
año, las modificaciones que sufrieron los Renault Dauphine y Renault Gordini,
al menos hasta mediados del año 1966, cuando salió publicada la nota en la
revista Parabrisas. Además en las fotografías que ilustra el cuadro clínico se
pueden apreciar diferentes tareas de mantenimiento.
Tareas cómo regular las válvulas, sacar
las bujías, controlar el distribuidor, puesta a punto o regular el carburador.
Trabajos que un conductor con algunos conocimientos de mecánica podía hacer por
sus propios medios. Muchas de estas tareas hoy están vedadas a un conductor,
aunque sepa de mecánica. Cosas de la mecánica actual inundada de electrónica.
Para los que quieran conocer los
anteriores cuadros clínicos publicados en Archivo de autos les dejo los tres
enlaces:
Cuadro clínico del Siam Di Tella:
Cuadro clínico del Citroën 2 CV:
Cuadro clínico del Auto Union 1000 S:
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Mauricio
Uldane
Editor
de Archivo de autos
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