Hoy viajaremos hasta principios del año 1983 cuando la empresa Sevel (Sociedad Europea de Vehículos para Latinoamérica) Argentina presentó su nuevo modelo de Fiat 147, el TR5. Pero no veremos su lanzamiento en el país, sino la prueba que
organizaron para demostrar las
cualidades de su autonomía.
Los ganadores del Gran Premio
de Autonomía, los periodistas de la revista Corsa, disputado entre el 3 y 4 de mayo de |
El martes 3
de mayo de 1983 partieron los 45
automóviles Fiat 147 TR5 desde
la sede central del Automóvil Club
Argentino (ACA), ubicado en la
Avenida del Libertador 1850 en la ciudad de Buenos Aires. Esta entidad fue la
encargada de la organización de la prueba y la fiscalización, en conjunto con Sevel Argentina. La idea era demostrar
la autonomía del nuevo modelo de auto para unir las ciudades de Buenos Aires y Mar del Plata con el regreso a la primera, el miércoles 4 de mayo.
Así partieron los 45 autos con duplas de
periodistas de los diferentes medios de todo el país. A lo que apuntaba Sevel Argentina era a demostrar que el
nuevo modelo de motor de 1.301 centímetros de cilindrada con 60 CV DIN de potencia y caja de cinco velocidades se podía ir y
volver, desde la ciudad de Buenos Aires y hasta Mar del Plata, con los 52 o 53 litros de su
tanque de combustible.
Anteriormente hubo pruebas similares, por ejemplo con el Fiat 128, así que se consideraron algunas “pillerías” que se podrían realizar para ganar la prueba. En
reuniones previas a la “competencia” se estableció un reglamento del “Gran Premio de Autonomía”. Algunos de
los puntos señalados en ese reglamento era que no se podía introducir nafta por
el venteo del tanque, porque tenía una válvula que lo impedía; tampoco se podía
introducir combustible por la escotilla del flotante del medidor, porque era de
un sistema diferente; no se podía quitar la manguera del servo freno, que iba
al carburador, para que este aspirara más aire; ni aplicar un vacuómetro en ese
punto, ni cambiar partes del carburador; ni quitar el filtro de aire; porque el
capot se sellaría antes de la salida.
Si algunos de los concursantes pinchara un
neumático debería esperar el auxilio del
ACA, que colaboraría a lo largo de la competencia. Las autoridades del ACA o Sevel Argentina repondrían el sello del capot. Tampoco se podría
aumentar la presión de los neumáticos porque se sellarían tapas y válvulas,
pero esto no ocurrió al inicio de la competencia hacia Mar del Plata. Las tapas de los tanques de combustibles serían
selladas al inicio de la prueba. “Chuparse” detrás de otro vehículo, para
aprovechar la succión, también era ilegal.
Raúl Pellegrino, secretario de
redacción de Su Auto entrevistado en el inicio del Gran Premio de Autonomía, disputado entre el 3 y 4 de mayo de |
Pero como dice un viejo refrán: “hecha la ley, hecha la trampa”. No
todos acataron las normas y las sospechas sobre los ganadores fueron muchas.
Además porque ellos mismos confesaron algunas “tropelías”. La revista “Su Auto” envió a su secretario de redacción,
Raúl Pellegrino y su director, Pedrag Kostic como piloto y copiloto,
respectivamente, de la prueba con los 147
TR5. Recibieron el auto número 5
como se aprecia en las fotos que ilustran esta nota.
En cambio los ganadores Ricardo Delgado y Jorge Fernández
Morano, de la revista “Corsa”,
llevaron el número 36. Por supuesto
que los periodistas de la revista “Su Auto” se declararon ganadores morales de
la prueba, pese haber logrado el puesto
41, de 45 autos que participaron.
Raúl Pellegrino, secretario de
redacción de Su Auto recibe su recuerdo del Gran Premio de Autonomía, disputado entre el 3 y 4 de mayo de 1983 de manos de Carlo Capella y Gastón Perkins. |
La largada fue en la sede central del ACA, la ciudad de Buenos Aires, hasta
el Hotel Provincial, en la ciudad de
Mar del Plata. A la noche se ofreció una cena en el Hotel Hermitage de la ciudad balnearia donde Edmundo Santandreu, Subgerente Administrativo del ACA hizo una
crónica del viaje de ida, que según los testigos, parecía un monólogo cómico.
Quien más y quien menos habían violado el
reglamento establecido para la prueba. Algunos confesaron que sobre inflaron
los neumáticos, otros que se “chuparon” detrás de un camión militar, porque no
estaba indicado en el reglamento, otros que abrieron las puertas para
aprovechar el viento de cola…, los que apagaron el motor en las bajadas, los que
violaron los semáforos en rojo, un clásico argentino, o hasta los que
“enderezaron” curvas. Nadie se salvó de las violaciones a las reglas
establecidas.
Para que puedan comparar los desenvolvimientos de
los 45 participantes les incluyo un
cuadro con todos los datos. La posición obtenida, el número de auto, el medio
al que pertenecían, el tiempo empleado, el consumo y el promedio. No quien fue
más lento consumió menos y viceversa.
El Fiat 147 TR5 de 1983 que
fuera el protagonista del Gran Premio de Autonomía, disputado entre el 3 y 4 de mayo de 1983. |
Lo cierto de todo esto es que la gente de Sevel Argentina demostró que su nuevo
modelo podía ir de Buenos Aires a Mar del Plata y regresar sin cargar
combustible con lo cual se podían recorrer unos 1.000
kilómetros y se mantenía un promedio de 55 a 60 kilómetros por
hora esta autonomía aumentaba hasta 1.200
kilómetros . El objetivo inicial de la empresa
automotriz se había logrado más allá de las trampas de varios de los competidores.
Al finalizar la prueba se sorteó uno de los 45
autos entre los competidores y lo ganó Jorge
Rech del diario “La Nueva Provincia ” de la
ciudad de Bahía Blanca en la
provincia de Buenos Aires. Los autos habían sido entregados a los concursantes
con 3 kilómetros recorridos, aunque hubo uno con 6
kilómetros
andados.
Cuadro de posiciones del Gran Premio de Autonomía, disputado entre el 3 y 4 de mayo de 1983. |
Las fotografías, como el cuadro de datos, fueron
tomados de la revista Su Auto número
38 del mes de mayo de 1983.
Mauricio Uldane
Editor de Archivo de autos
Archivo de autos es armado en un
ciber por falta de recursos económicos, no por una política editorial.
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