La industria de los accesorios es casi hermana de
la industria automotriz. A poco de nacer el automóvil, a finales del siglo XIX,
comenzaron a aparecer accesorios para los nuevos vehículos sin caballos. Los
accesorios comenzaron a ser imprescindibles en algunos casos.
Viejas bocinas de pera de goma
y bronce. Fotos de |
En un principio los accesorios eran elementos que
los automóviles no traían de fábrica. Por ejemplo, el velocímetro no era un
elemento que trajeran, en un principio los automóviles primitivos. Como tampoco
tenían medidor de combustible, a lo sumo era una varilla dentro del tanque de
combustible o un medidor que estaba sobre su superficie como en el Chevrolet
Champion. En ese automóvil el flotante del medidor de nafta era un corcho. Así
de precario eran los automóviles en las primeras décadas del siglo XX. Además
recordemos que los primeros autos no tenían sistema eléctrico.
Tapas de radiador con emblemas
de las marcas de automóviles. Fotos de |
Así que con la industria automotriz en marcha los
accesorios comenzaron a tener más peso y volverse más complejos. Muchos de los
accesorios del ayer son parte normal de los autos de hoy. Como bocinas,
limpiaparabrisas o medidores de todo tipo en el tablero. Lentamente la
industria del automóvil los fue incorporando, ya no como accesorios, sino como
equipo de fábrica u opcionales como ocurría con el sistema eléctrico.
Sistema de comunicación entre
los pasajeros y el conductor de un De Dion-Bouton de 1913. Fotos de |
Las bocinas de pera de goma, en un principio, se
hicieron necesarias a medida que aumentaba la cantidad de autos en circulación
en las calles de las grandes ciudades. De alguna manera había que avisar de la
presencia del vehículo o evitar un accidente de tránsito. El bronce era el rey
de los materiales para la confección de varias piezas de los primeros autos y
las bocinas no fueron la excepción.
Faro trasero que alumbra a la
patente. Fotos de |
Los diseñadores dieron rienda suelta a la
confección de bocinas y algunas tuvieron la forma de serpientes o dragones.
Recorrían el guardabarros delantero de muchos autos, en especial los de mayor
lujo y prestigio. También los tapones de los radiadores de agua no se quedaron
en saga. Ahí las empresas colocaron sus emblemas o figuras que representaban la
marca del automóvil en cuestión. Muchas marcas colocaron en esa tapa los
primeros medidores de temperatura del agua del sistema de enfriamiento. Un
lugar a la vista del conductor del automóvil.
Caja de herramientas que iba
sobre el estribo del automóvil. Fotos de |
Los primeros faros traseros también fueron
accesorios en un principio. Los más viejos de gas de acetileno y los más
modernos eléctricos. Algunos reproduciendo las formas de los viejos faroles que
se usaban en los ferrocarriles. Que incluso, en el caso de los de acetileno, se
los podía retirar de los automóviles para usarlos como faroles de mano. Otros
que servían como luz roja trasera y para alumbrar las primeras patentes que se otorgaron
a los automóviles del ayer con el fin de organizar el tránsito que aumentaba
día a día.
Inflador de neumáticos que iba
en el lugar de una bujía. Fotos de Automóvil de 1974. |
Las cajas de herramientas de hierro montadas sobre
los estribos de los autos también fueron accesorios u opcionales en algunas
marcas. Ahí se podían alojar las diferentes herramientas que era necesario
llevar en los autos de aquellos años. Recordemos que esos automóviles no tenían
baúles y que estos no aparecieron, en forma masiva, hasta los años ’30. Canastas
de mimbre o valijas de cuero eran los improvisados baúles que se montaban en
los autos en la parte trasera o en el techo.
Dos faros de petróleo o
fanales y un faro eléctrico, inferior. Fotos de |
Siempre hubo accesorios raros que acompañaron los autos desde sus inicios,
como aquel que podía inflar un neumático, en solo 3 minutos, con retirar una
bujía y poner un adaptador que con la compresión del motor cumplía con la
tarea. Un raro accesorio que hoy no sería posible de usar. Claro están los
infladores eléctricos que se conectan al encendedor del auto o seguro que
aparece uno que usa el puerto USB.
Diferentes accesorios como un
precalentador de combustible y un collar para colocar en el volante, entre otros elementos. Fotos de |
Entre esos “raros” inventos que oficiaban de
accesorios hay uno de 1913 de origen estadounidense que servía para guardar las
herramientas debajo del piso trasero de un Chevrolet. A modo de una trampa en
el piso y todo porque los automóviles no tenían baúl. En algún lugar tenían que
llevar las herramientas que eran necesarias en aquellos primeros años del
automovilismo.
Volante con empuñadura
especial. Fotos de |
Muchos autos de tipo landau, con el chofer al aire
libre, se comunicaban con un sistema de bocina similar al usado en los viejos
barcos con los pasajeros de la parte trasera cerrada. De esta forma el pasajero
podía decirle al conductor hacia donde iba. Muy útil en el caso de tratarse de
un taxímetro.
Crique de tornillo sin fin. Fotos de |
Otro accesorio que hoy, salvo que tengamos un
vehículo 4 x 4, no tenemos idea para qué se usaba: un medidor de pendientes
para subidas y bajadas. Eso, imagino, era por la escasa potencia de los
primeros motores. En el caso de un ascenso y en el caso de un descenso por la
precariedad del sistema de frenos que en su mayoría actuaba sobre las ruedas
traseras y que les faltaban unos años para ser hidráulicos y de accionamiento sobre
las cuatro ruedas.
Medidor de pendientes para
subidas y bajadas. Fotos de |
Los precalentadores nos parecen un raro elemento
pero para autos que no tenían bujías como las que conocemos en actualidad eran
muy útiles a la hora de poner en marcha esos viejos motores que poseían un
encendido por incandescencia, anteriores al uso de magnetos de baja y alta
tensión. Tal vez el punto débil de muchos motores primitivos: la puesta en
marcha.
Compartimiento para guardar
herramientas debajo del piso de un Chevrolet de 1913. Fotos de |
Imposible en una nota abarcar todos los accesorios
primitivos que hubo, algunos se convirtieron en equipo de serie y en otros
casos no pasaron de ser una extrañeza con resultado un tanto incierto. Que han
quedado como curiosidades del tiempo pasado. Pero un volante con empuñadora
especial o un crique o gato con tornillo sin fin no parecen accesorios alocados
sino muy útiles a la hora de prestar sus servicios.
Algunos de esos viejos accesorios que hemos
repasados, hoy domingo, son considerados piezas de colección para muchos como
las viejas bocinas o las cajas de herramientas con adornos de bronce o las
barrocas tapas de los radiadores de los autos antiguos. Todo cuando la industria
automotriz hacía uso y abuso del bronce y de otros materiales nobles y de gran
durabilidad. Que han perdurado hasta nuestros días como el cromado de las
baguetas de los años ’50 o ’60 y pese a estar arrumbado el automóvil sus
cromados lucen impecables como el primer día. Hoy el plástico ha suplantado
esos lugares y será más barato y más liviano pero no es lo mismo.
Mauricio Uldane
Editor de Archivo de autos
Archivo de autos es armado en un
ciber por falta de recursos económicos, no por una política editorial.
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