En el año 1916 Harold Arminius Miller
construyó su primer automóvil de carrera para A. Cadwell. Aunque ese primer
Miller solo fue discreto, en su desempeño en las pistas, marcó el inicio de la
marca de autos de carrera de Estados Unidos.
El primer auto de carrera en llevar la marca Miller en el año 1916. |
Harold (más conocido como Harry) Arminius
Miller nació el 9 de diciembre de 1875 en Menomonie, en el estado de Wisconsin.
De padre alemán y madre canadiense se sintió, desde pequeño, inclinado a
conocer las máquinas que lo rodeaban.
La suerte de Miller fue nacer en una
época donde la mecanización de la sociedad iba en aumento. A los 14 años
abandonó sus estudios para trabajar en un taller de maquinaria. Para los 17
años había adquirido una gran experiencia mecánica.
Llegó la época de dejar el lugar natal. Y
luego de peregrinar por diferentes empleos terminó reparando bicicletas en la
ciudad de Los Ángeles en el estado de California. Al poco tiempo su refinación
por la mecánica lo llevó a montar su propio taller de bicicletas en Santa
Mónica.
A los 23 años diseñó una nueva bujía que
patentó y vendió a una empresa del ramo. Luego de eso su siguiente paso fue
irse a la ciudad de San Francisco a trabajar a la primera agencia de
motocicletas como jefe de reparaciones. Al no estar contento con los motores de
la época diseño uno propio.
Para cuando comenzó el siglo XX estaba de
regreso en Los Ángeles dirigiendo un taller de reparaciones de automóviles.
Para esa época los directivos de la empresa automotriz Yale se enteraron de su
reputación como mecánico refinado y lo contrataron como jefe de maquinado y
pruebas de su planta de Toledo en el estado de Ohio.
Su llegada al mundo de las carreras de
autos fue como acompañante de un automóvil de la marca Oldsmobile del equipo
oficial. Se estaban preparando para disputar la Copa Vanderbilt. Como no quedó
satisfecho con el desempeño de los carburadores de los motores diseñó y
construyó su primer carburador que bautizó Master.
Eso fue cuando estaba de regreso en Los
Ángeles en el año 1905. Tan exitoso fue su carburador Master que lo llevó a
armar una planta en la ciudad de Indianápolis, que era el centro principal de
la industria automotriz estadounidense en aquellos primeros años del siglo XX.
Mientras tanto siguió ampliando su
fábrica de carburadores en Los Ángeles y ya tenía dos modelos llamados
Automatic y H. Este último para motores de carrera que pronto logró fama por sí
solo. Tanto que todos los constructores comenzaron a usar y hasta reemplazaron
los carburadores originales en motores importados.
Para el año 1911 los carburadores Miller
se usaban de serie en marcas como Maxwell, Premier y Mason-Duesenberg, y en
forma de opcional, en Peugeot, Delage, Sunbeam y Mercedes. En el año 1913 Fred
Offenhauser se unió con Harry Miller.
El año 1914 marcaría un cambio en la vida
de Miller. Desde hacía un tiempo que Miller estaba buscaba perfeccionar otras
piezas mecánicas de los motores de su época. La fabricación de carburadores no
le era del todo satisfactoria. Así en ese año se hace cargo de reparar el motor
Peugeot del auto de carrera de Wild Bob Burman, famoso piloto de aquellos años
en Estados Unidos.
Como había estallado la Primera Guerra
Mundial la empresa Peugeot no podía solucionarle los problemas que tenía con su
motor de 4,5 litros de cilindrada. Burman necesitaba un duplicado de su motor
Peugeot que había desintegrado en la anterior temporada de carreras.
Así fue como le envió lo que quedaba del
motor Peugeot a Miller para que le construyera un duplicado. Luego de rearmar
el motor lo estudió y le introdujo mejoras como pistones de aluminio, bielas
tubulares, agrandó válvulas y bocas de admisión y escape.
Tanto modificó el motor Peugeot de 4,5
litros que llevó su cilindrada a 4.890 centímetros cúbicos para aprovechar el
reglamento de ese momento que tenía un tope de 5 litros. El nuevo motor le dio
muchas victorias a Burman hasta el año 1916 donde fallece al mando de ese
automóvil modificado por Miller.
Esto le trajo a Miller una nueva
ocupación: diseñar y fabricar motores de competición. Dejó en manos de sus colaboradores
la fábrica de carburadores para dedicarse de lleno a su nueva actividad
mecánica. Al poco tiempo diseñó un motor de 6 cilindros en línea para aviación.
Esa sería otra faceta de su vida como hacedor de motores aeronáuticos paralela
a la construcción de motores para autos de carrera.
Para el año 1916 presenta su segundo
motor de diseño propio de cuatro cilindros en línea. Uno en versión para
aviones con una cilindrada de 2.600 centímetros cúbicos y otro para autos de
carrera con 4.700 centímetros cúbicos de cilindrada.
El motor de carrera tenía un diámetro de
los cilindros de 92 milímetros (igual al motor de aviación) y una carrera de
los pistones de 178 milímetros (105 milímetros en el motor de aviación). El
block y el cárter eran de una sola pieza fundidos en aluminio con camisas
húmedas de acero. La tapa de cilindros era desmontable con un solo árbol de
levas a la cabeza accionado por engranajes.
El cigüeñal era desarmable en dos piezas
y se apoyaba en tres bancadas con un cojinete simple de bolillas en el medio,
uno doble en la bancada anterior y dos dobles en la bancada posterior.
Harry Miller hizo dos motores de aviación
y cuatro motores de carrera que se montaron en automóviles completos que
llevaron la marca Miller. El primero de esos autos de carrera fue comprado por
el aficionado A. Cadwell. Auto de carrera que se ve en la vieja fotografía que
ilustra esta nota.
En la fotografía vemos de izquierda a
derecha a Claude French mecánico de Harry Miller, él al centro y su lado A.
Cadwell el comprador del auto de carrera. No tuvo una destacada participación,
solo discreta, pero marcó el inicio de una larga trayectoria de Miller en el
mundo de las competencias en Estados Unidos. La fotografía está tomada de la
revista Automundo número 101 del 11 de abril de 1967.
Mauricio
Uldane
Editor
de Archivo de auto
Archivo de autos
tiene Internet propia financiada por sus seguidores y por publicidad en este
blog.
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