Con la idea de modernizar sus automóviles
de prestigio y lujo, la empresa Rolls-Royce Ltd., presenta a finales del año
1965 el modelo Silver Shadow (sombra de plata). Su primer automóvil con
carrocería autoportante y más chico en tamaño.
Rolls-Royce Silver Shadow presentado a finales del año 1965 en París, Francia. |
El Rolls-Royce Silver Shadow fue
presentado oficialmente en el Pré Catelan de la ciudad de París, antes del
Salón de Automóvil en la misma ciudad europea. De esta forma vio la luz el
modelo que se produciría desde el año 1966. Con varios cambios para esta
empresa británica.
Para empezar se abandonó el chasis para
pasar a usarse una carrocería autoportante con dos falsos chasis, adelante y
atrás. El chasis delantero soportaba el motor, el embrague, la caja de
velocidades y la suspensión delantera. El chasis trasero contenía el diferencial,
los ejes oscilantes (tenía suspensión independiente) y la suspensión trasera.
Hay dos dibujos que nos muestran cómo eran estos falsos chasis y los elementos
mecánicos que soportaban.
Otra imagen del Rolls-Royce Silver Shadow en su presentación para la prensa especializada. |
El nuevo Silver Shadow era 208 milímetros
más corto que el modelo anterior. También era 99 milímetros más angosto y 106
milímetros más bajo. Estas medidas más chicas respondían a la concepción de
hacer un automóvil más manejable en el tránsito moderno de mediados de la
década del sesenta.
Así y todo el Rolls-Royce Silver Shadow
no era un automóvil mediano, medía 5.170 milímetros de largo con un ancho de
1.800 milímetros y una altura de 1.520 milímetros. Lo que se dice un automóvil
grande para los cánones del mercado automotriz argentino.
Pese a que tenía una carrocería
autoportante no era un automóvil de fabricación en serie de grandes unidades.
Todo lo contrario, la producción de la Rolls-Royce no superaba las 1.500 a
2.000 unidades anuales, lo mismo que la marca Bentley. También propiedad de
Rolls-Royce desde hacía años.
Dibujos de las medidas internas y externas del Rolls-Royce Silver Shadow. |
Lo que sí mantuvieron fue la construcción
en aluminio de las puertas, la tapa del baúl y del capot. Para alivianar el
peso final, que igual estaba en el orden de los 2.000 kilogramos, y prevenir la
corrosión de esas partes de la carrocería.
Para evitar ruidos desagradables en el
Silver Shadow los falsos chasis estaban unidos con arandelas de lana de acero,
en cambio de goma. Los ingenieros de la Rolls-Royce descubrieron que era más
aislantes. Además de no deteriorarse con el paso del tiempo como sucede con las
arandelas de goma.
El motor era el mismo de 8 cilindros en V
que se venía usando desde el año 1959 claro que con algunas modificaciones. Los
cambios estaban en la cámara de combustión, en los pistones, por nombrar
algunas, para reducir el ruido del motor. Un tema de preocupación de siempre de
la empresa inglesa. Un dato notable: el caño de escape, para evitar la
corrosión, era de acero inoxidable en toda su extensión.
Dibujo de la carrocería autoportante del Rolls-Royce Silver Shadow. |
El motor V8 tenía una cilindrada de 6.230
centímetros cúbicos con un diámetro de los cilindros de 104,14 milímetros y una
carrera de los pistones de 91,44 milímetros. Aunque, como siempre, la potencia
y las revoluciones por minuto no se declaraban. La empresa Rolls-Royce decía
que “la potencia era la suficiente”.
Aunque gracias a que existía un motor
náutico, el mismo V8, tenemos que erogaba una potencia de unos 240 HP y unas
4.000 revoluciones por minuto. De esta manera tenemos una idea de alguna de las
performances de este motor. Tampoco se especificaba la aceleración, que se
estima como la de un auto deportivo, pero eran suposiciones de los periodistas
especializados.
La suspensión delantera era independiente
con triángulos superiores e inferiores con resortes helicoidales y
amortiguadores coaxiales de gas de la marca De Carbon. Era la primera vez que
la empresa Rolls-Royce usaba amortiguadores que no eran de propia elaboración. La
suspensión trasera era de dos brazos con resortes helicoidales y amortiguadores
de gas y era independiente con ejes oscilantes del diferencial.
Dibujos de las suspensiones trasera, arriba, y delantera del Rolls-Royce Silver Shadow. |
Los frenos eran a disco en las cuatro
ruedas. En las ruedas delanteras tenían dos pinzas y en las traseras una sola.
Para evitar el chirrido de la pastilla contra el disco la Rolls-Royce realizó
un canal al cual lo rellenó con un trenzadito de acero. Esta simple
modificación impedía el clásico ruido de los frenos a disco.
Además el sistema hidráulico era triple. El
primer circuito accionaba una de las dos pinzas de los discos delanteros y de
las dos de los discos posteriores. Esto equivalía a un 46% del frenado total. Un
segundo circuito actuaba sobre la otra pinza de las ruedas delanteras con un
31% del efecto frenante. El tercer circuito accionaba las pinzas traseras y era
accionada por una bomba de frenos normal. Este circuito era el 23% del frenado.
Además contaba con una válvula sensible a
la desaceleración. También le daba al conductor la idea de la intensidad de la
frenada. Los otros dos circuitos independientes eran accionados por sendas
bombas hidráulicas. Pero el sistema hidráulico era más complejo en el
Rolls-Royce Silver Shadow de 1965. Porque además de asistir la dirección
controlaba la compensación de la carga con un pistón especial accionado por
aceite a presión.
Vano motor del Rolls-Royce Silver Shadow. |
De esta forma cuando se abrían las
puertas del Silver Shadow mantenía la horizontalidad para permitir el fácil
ascenso y descenso de los pasajeros. Tres válvulas se encargaban de esta tarea.
Una para el tren delantero y dos para el tren trasero. Como se ve el sistema
hidráulico tenía gran complejidad.
La caja de cambios era automática de
cuatro velocidades con unión hidráulica. En cambio la selectora de las
posiciones era servo controlada eléctricamente con una palanca en la columna de
dirección. Con lo cual no se requería esfuerzo para realizar la tarea. En caso
de falta de electricidad había una abertura oculta debajo de la alfombra del tapizado.
Ahí se podía introducir la palanca para accionar manualmente la caja de
cambios.
El tanque de combustible tenía una
capacidad de 109 litros y dos bombas eléctricas se encargaban de llevar la
nafta hasta los dos carburadores S.U. El motor necesitaba de 8 litros de
aceite, 13,6 litros de aceite especial para la caja de velocidades y 16 litros
de agua y anticongelante para el sistema de refrigeración.
El diámetro de giro mínimo era de 11,4
metros y los neumáticos eran de la medida 8,45 x 15 pulgadas. La velocidad
máxima, tampoco especificada por fábrica, se estimaba en los 190 kilómetros por
hora, unos 10 kilómetros más que el modelo anterior de la Rolls-Royce.
Las fotos de los Silver Shadow, como el
dibujo de las medidas internas y externas, me los proporcionó Iván Boiero
Sutter, seguidor de Archivo de autos. En cambio los dibujos de las
suspensiones, de la carrocería autoportante y la fotografía del vano motor las
tomé de la revista Automundo número 39 del 22 de diciembre de 1965.
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Mauricio Uldane
Creador y editor de Archivo de autos
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