Cuántos incendios habrá apagado la vieja
autobomba Merryweather. Por supuesto que fueron imaginarios, porque con el
tamaño de este Matchbox de la serie King Size, no habrá podido extinguir muchos
fuegos. Como todos estos Matchbox que soportaron el paso del tiempo está en su
caja original y hasta con el precio, en lápiz, en el lado derecho. Para ser
exactos $850 que a esta altura del partido no sé de qué moneda… aunque me lo
imagino.
Es probable que fueran pesos moneda
nacional vigentes antes de los Ley 18.188 del año 1970. La verdad que no lo
recuerdo, pero está el documento de lo que valía a finales de la década del
sesenta.
Gracias a Internet, que haríamos sin
ella, pude averiguar que la empresa británica Merryweather & Sons fabrica
autobombas desde tiempos inmemorables. Desde el año 1692, según reza en la
página de la empresa especializada en extinguir incendios.
Lo que no sé es a que marca inglesa
corresponde el camión. Aunque estimo que debe ser una del grupo Leyland, pero puedo
equivocarme. Ese camión frontal puede ser Albion o Austin, si fuera de la
segunda marca sería de la BMC (British Motor Corporation). Ya algún seguidor de
Archivo de autos nos dirá exactamente la marca.
O tal vez algún coleccionista de autobombas. Conozco uno
que solía pedirles a sus amigos o conocidos que le trajeran, de sus viajes al
exterior, una autobomba a escala, claro está. Sin importar la escala se armó de
una colección importante. Creo que habrá crecido, porque esto me lo dijo hace
más de 10 años atrás.
El automodelismo tiene eso: personas que coleccionan
vehículos especiales. O de una determinada época. Y solo su colección se remite
a eso. Es interesante ver una vitrina llena de autobombas de todas partes del
mundo y de diferentes colores. Porque hace años que las autobombas en los
aeropuertos están pintadas de verde fluo. O también en amarillo fluo como hay
algunas dotaciones en cuarteles de bomberos voluntarios de Argentina.
Lo cierto que la autobomba Merryweather de Matchbox, la
número 15 de la serie King Size, está en muy buen estado. Salvo unas pequeñas
cachaduras en el techo. Las que han sufrido el paso del tiempo son las ruedas
de plástico que tienen a salirse de las llantas rojas. Esto lo comparte con
otros “autitos de colección” de la infancia. Aparentemente los plásticos negros,
que hacen las veces de neumáticos se agradaron perdiendo su flexibilidad. Cosa
de viejos…
El movimiento de la escalera y su base giratoria, están
en perfecto estado y ambas se mantienen operativas. En las fotos se puede ver
que la escalera, no solo está completa, sino que no se cae. Es decir que los
movimientos están duros como el primer día que me puse a jugar.
Porque de eso se trataba en aquel tiempo: de jugar. De
imaginar un incendio y de hacer sonar la sirena para llegar a tiempo a
extinguir el fuego. Tengo el vago recuerdo de haber jugado con esta vieja
autobomba. Y le tenía cariño porque la asociaba con las autobombas que tenían
los bomberos de la ciudad de Buenos Aires. Los viejos camiones MAN
(Maschinenfabrik Augsburg-Nürnberg), que también eran frontales.
Por aquellos
años en Argentina no había camiones frontales por doquier, como pasa ahora.
Solo el Mercedes Benz 911, primero y luego 1112 y 1114, con su trompa corta se
le parecían. Si bien había algún camión frontal como los viejos Borgward B-611,
y posterior Jeep o IME
(Industrias Mecánicas del Estado SA). No eran lo mismo, y menos autobombas.
En realidad las autobombas montadas sobre camiones
frontales, en aquellos años, venían del exterior. Diferentes marcas. Pero no recuerdo
ninguna parecida a la de Merryweather. Solo se asemejaba la MAN de los bomberos
de la Policía Federal.
A diferencia de las autobombas de Estados Unidos, la
Merryweather, tenía campanas de bronce en el techo. Dos a cada lado. Como las
viejas autobombas del pasado donde un bombero las hacía sonar para abrirse paso
hacia el incendio. Nada eléctrico y menos aún electrónico.
Lo llamativo, para los tiempos que corren, es que no
tiene luces en el techo. Solo las dos campanas. Nada de luces de colores, rojo
según el código internacional, sobre el techo o los paragolpes. Solo las luces
reglamentarias de circulación del camión.
Esto visto ahora después de 40 años. Antes ni me daba
cuenta. Solo jugaba que era lo que debía hacer. En realidad creo que lo sigo haciendo,
sino no estaría escribiendo sobre una autobomba a escala 1:43, creo, que hizo
una casa inglesa en los años sesenta.
En parte escribir las notas para Archivo de autos es
jugar un poco. En especial para esta sección llamada “Garaje Miniatura”. Además
de ser la excusa perfecta para volver a la infancia y los juegos con los “autitos
de colección”. Gracias a este medio que es Internet lo puedo compartir con
muchísimas personas de todo el mundo. Es como revivir algo que estaba guardado
en una caja sin ser exhibido. Ahora la exhibición es a través de Archivo de
autos. Sinceramente creo que es la mejor manera de mostrarlo al mundo.
Esta nota está dedicada a Jorge Algorta, el sabe porqué.
Mauricio
Uldane
Editor
de Archivo de autos
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