Hace un tiempo un seguidor de Archivo de
autos, del cual no recuerdo su nombre, y lector de esta sección “Garaje Miniatura” recordaba a un camión
recolector de basura de la colección de Matchbox. Tal vez fuera este camión
frontal de Ford. Aunque no fue el único que tuve. Otro más viejo no corrió la
misma suerte en el cuidado de la pieza. Cosas de cuando uno es más chico.
A simple vista se nota que el camión
recolector de basura de la marca Ford fue jugado. Presenta varias cachaduras en
su pintura. Imagino juegos donde cumplió sus funciones de recolección de basura
en alguna ciudad imaginada. Seguro sobre la mesa libro del comedor de mi casa.
La colcha de planchar, robada a mi tía
abuela, fue la base para el escenario de esos juegos sobre la mesa libro de
formica blanca con manchas negras. Esa mesa que era el centro social de mi
casa. Se comía, se jugaba y se estudiaba sobre esa mesa.
Pero cuando la imaginación volaba todo
podía ser posible en el mundo de los juegos. Imaginación que servía para crear
historias en esos juegos infantiles y que sin saberlo, ni pensarlo, se
convirtió en un entrenamiento a futuro. Muy a futuro.
Ni soñaba en esos años de la década del
sesenta con Internet, computadoras y menos con escribir notas diarias para un
sitio que habla sobre autos antiguos. Pero siempre sospeché, intuí es mejor
definición, que los “autitos de colección” sería parte de mi vida.
Lo han sido siempre desde que llegaron a
mi casa desde la Librería San Agustín a la vuelta de mi casa en el barrio de
Recoleta de la ciudad de Buenos Aires. Donde nací y me crié. Nacido y criado
dirían de alguien en cualquier parte del mundo.
Reconozco que tuve la suerte de tener
padres que me pudieran comprar los Matchbox por un lado. Por otro que hiciera
caso en cuanto a que los cuidara, ya había tenido una primera etapa de
destrucción infantil… Pero como excusa a mi favor puedo decir que era muy
chico.
Estos “autitos de colección” de Matchbox
que les muestro sábado a sábado son de esa segunda etapa donde tenía entre 7 y
11 años. Ya había aprendido a cuidarlos. A los autitos como a sus cajas. Algún
seguidor de Archivo de autos, con el cual tengo trato personal, me dice que a
veces las cajas de cartón tienen más valor que la pieza misma…
El mundo del coleccionismo tiene sus
vericuetos. Pero la verdad no me siento un coleccionista, sino diría un
preservador. Porque eso es lo he hecho a lo largo de las décadas que nos
separan entre que me regalaron los Matchbox y la actualidad. Es como tener un
pedazo de la historia en la mano en perfecto estado de conservación, o casi…
Volviendo al camión recolector de basura
de Ford tengo el vago recuerdo en algunas partes del conurbano bonaerense, sino
la misma ciudad de Buenos Aires, que hubo alguno con el mismo sistema. En
especial cuando se comenzó a compactar la basura en Argentina.
Antes se recogía la basura en camiones
abiertos y luego se la llevaba a un predio para proceder a quemarla. Aunque
parezca mentira en pleno siglo XXI todavía se hace en algunas partes de nuestro
país. Más raro de ver en el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires), pero a
veces pasa.
La caja propiamente dicha del camión
recolector de Matchbox tiene dos partes diferenciadas. La de color gris oscura,
que está hacia adelante del vehículo, es de material plástico. Mientras que la
otra de color gris claro, en la parte trasera, es de metal y es la que realiza
el movimiento de apertura de la caja de carga de basura.
Como se puede apreciar en las fotos que
ilustran esta nota la apertura de la caja queda trabada pese a los años que
tiene encima, algo así como 50, y los juegos que habrá soportado de mi parte. El
camión recolector es anterior a la famosa serie Superfast con las ruedas
deportivas.
El otro camión recolector de basura que
recuerdo haber tenido, y que sufrió malos tratos de mi parte, también era
frontal. La caja de carga de basura tenía una tapa trasera que se levantaba.
También la caja completa se volcaba hacia atrás con un perno de mismo metal que
estaba confeccionada la caja.
Pero ese camión recolector de Matchbox
debe ser de los primeros años de la década del sesenta. No tenía vidrios en la
cabina como eran los primeros Matchbox que se construyeron aunque recuerdo que
tenía las ruedas negras y duales en el eje trasero.
Debe estar metido en alguna parte. Si
llego a encontrar esos sufridos Matchbox de mi tierna infancia se los mostraré.
Para que vean que tuve algunos que no corrieron la misma suerte que estos que
aparecen en “Garaje Miniatura”. Se
bancaron muchas salvajadas de mi parte, incluido el cambio de color con las
pinturas Humbrol importadas desde Gran Bretaña.
Esas pinturas inglesas también fueron
parte de mi infancia. Porque no solo sirvieron para repintar a aquellos
primeros Matchbox, sino que fueron usadas en el pintado de autos y aviones a
escala. Esos que venían desarmados en cajas para proceder a armarlos siguiendo
las instrucciones de un manual. Un tema interesante para una sección…
Para los que tengan ganas de ver todos los “autitos de
colección” del “Garaje Miniatura”,
les dejo el enlace con la página donde están todas las notas publicadas hasta
la fecha:
Mauricio
Uldane
Editor
de Archivo de autos
Archivo de autos
tiene Internet propia financiada por sus seguidores y por publicidad en este
blog.
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