Los seguidores de Archivo de autos saben que mi
padre, José Lorenzo Uldane, es el propietario de una rural Mercedes-Benz 170 SD
modelo 1955, que es la foto de la portada de la página Facebook, de este sitio.
Hoy les contaré algunas anécdotas de viajes a bordo de la Mercedes.
en el Bicentenario en San Miguel.
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Hace unos 9 años cuando volvíamos de unas
vacaciones en la ciudad balnearia de Mar de Ajó, en la provincia de Buenos
Aires, nos paró la policía de la provincia. Veníamos por la ruta 63, en aquel
tiempo todavía no era autovía, para tomar la Ruta 2 con destino a San Miguel.
Al doblar a la derecha ya vimos que había un
operativo de la policía provincial. No era en el verano, sino que era abril,
como ahora. A mi hermana no le gusta ir de vacaciones durante la temporada alta
y la verdad que la Costa Atlántica
se pone buena en el inicio del otoño. Todavía no hace mucho frío y los días son
espléndidos. Incluso ese mismo año, 2005, en pleno abril nos metimos al mar.
En pocos metros los policías nos detuvieron.
“Sonamos”, pensé. Por aquel tiempo la Mercedes todavía tenía la vieja patente con la
letra “B”, que indicaba que el vehículo estaba radicado en la provincia de
Buenos Aires. Un joven policía nos detuvo y su pregunta fue:” ¿tiene los papeles?”.
La respuesta de mi padre, al volante, fue “algo tengo”. Vale la aclaración que la Mercedes no estaba a
nombre de mi padre.
“No se preocupe”, dijo el joven policía. “Los paré
porque estoy armando un autito viejo y quería saber si tenía algunos papeles”.
Luego siguieron algunas preguntas de tiempo de restauración, mezclados con
algunos elogios por el estado del vehículo y todo en una amable charla. Nos
despedimos a los saludos y reanudamos la marcha.
Pero no volvíamos solos de Mar de Ajó. Detrás nuestro
estaban mi hermana y mi cuñado a bordo de un Renault 4 GTL modelo 1986 con un
trailer. El policía que les tocó no fue nada amable y les pidió todos los
papeles de circulación, incluido el seguro del trailer. Todo estaba en orden.
La única observación que pudo hacerle, a mi cuñado, fue: “el seguro se le está
por vencer”. A lo que mi cuñado le respondió: “es cierto, cuando llegué a San
Miguel tengo que renovar la póliza”. Un lacónico “prosiga” fue la “amable”
despedida del funcionario público.
Tiempo más tarde mi viejo quiso salir un fin de
semana para probar la
Mercedes , ya que le había tenido que “hacer” el motor. Así
que nos fuimos de paseo hasta la localidad de General Rodríguez, ahí donde está
la planta de la leche que es muy “tranquila”. Para los argentinos saben de qué
marca hablo. Para los que no lo sepan es una marca láctea líder en el mercado
argentino. Esto es por fuera del cordón del Gran Buenos Aires.
Pasamos la tarde y antes de la caída del sol
emprendimos el regreso a San Miguel. No era cosa que el embudo de tránsito
sobre el Acceso Oeste o más conocida como “La Gaona ” nos demorara más de la cuenta. Al regreso
fui designado chofer elegido y así quedé al mando de la Mercedes. El viaje de vuelta
fue tranquilo como agua de tanque.
Doblé en la Avenida Gaspar Campos, para
aquellos seguidores de José C. Paz o San Miguel. Error. En una curva
pronunciada que tiene la avenida, al cruzar la calle Pueyrredón, había un
operativo de Gendarmería Nacional. ¡Sí! Un domingo a la tarde. Tenían parados a
Dios y María santísima. “¡Cagamos! Nos volvemos a pie”, pensé, la Mercedes seguía sin estar
a nombre de mi padre.
Nos detiene un gendarme y pide todos los papeles
incluido mi registro de conductor, que de no usarlo no lo encontraba en mi
billetera. Le doy la cédula verde y la cédula rosa, porque para esa época mi
padre había logrado que un gestor le consiguiera la nueva patente, la actual
con tres letras y tres números. El gendarme se va hacia la trompa de la Mercedes y pasa, para mí,
eternos segundos que no era sino horas.
Vuelve con paso cansino, espero lo peor, y le
ofrezco el seguro contra terceros que sí tenía mi viejo, como la VTV (Verificación Técnica
Vehicular o RTO Revisión Técnica Obligatoria) vigente en la provincia de Buenos
Aires. “No hace falta”, me dice. “Cagamos”, pensé. “¿De dónde vienen?”,
requirió. Ahí imaginé que el panorama no era tan negro y tormentoso como había
imaginado en un principio. “Venimos de General Rodríguez de pasar la tarde”,
dije. Entonces preguntó que había debajo de la manta en la parte trasera de la
rural. “La mesa de camping y las sillas”, respondí. “¿Disfrutan del auto, no?,
aseveró el gendarme.
Por supuesto fue mi respuesta a lo que el gendarme
se alegró. Es lindo poder hacerlo o algo parecido mencionó. Las salutaciones del
caso y que lo siguiéramos haciendo. Saludos y arranco. Por unos segundos nadie
en la Mercedes
digo una palabra. Éramos tres a bordo, mi madre, atrás, mi padre de acompañante
y el que escribe al volante. Por unos instantes no podíamos creer que nos secuestraran
el auto, como suele pasar si uno no tiene la cédula verde a su nombre o ésta se
encuentra vencida y uno no es el titular, más si el titular hace años que mira
las margaritas desde abajo.
Otra vez volvíamos de un encuentro en la localidad
de Morón, también en la provincia de Buenos Aires, que organizó la
municipalidad de Morón ya que se realizaba una exposición de las cooperativas
de todo el país, que tiene una periodicidad anual. Víctor, mi amigo el que tiene
el Ford Fairlane, decidió seguir por la Autopista del Buen Ayre hasta la bajada de la
vieja Ruta 8. Ya empezaba a anochecer. Bajamos de la autopista y luego que
cruzamos el puente nos encontramos con un operativo de Gendarmería Nacional.
A un costado los cuatro autos que regresamos de
Morón. La caravana se integraba por un Chevrolet Champion modelo 1928 al mando
de Víctor y de copiloto el autor de estas líneas, detrás la Mercedes con mi viejo y
mi madre, después Marcelo con su cupé Torino modelo 1982 y al final Javier con
su Peugeot 404 modelo 1974. Los cuatro parados por los gendarmes y listos a
pedirnos todos los papeles habidos y por haber.
“¿De dónde vienen?”, preguntó el gendarme a Víctor.
“Venimos de un encuentro en Morón”, fue su respuesta. La palabra encuentro fue
mágica. “¿De un encuentro?”, dijo el gendarme. “Entonces sigan”, sentenció. A
lo que mi amigo Víctor le dijo que éramos tres autos más, los que estaban
detrás de nosotros. “Sigan todos”, respondió el gendarme. Así seguimos la
marcha todos los autos de la caravana y el alma le volvió al cuerpo a Víctor,
porque tampoco su Chevrolet tiene todos los papeles en regla. Ahí le conté a
Víctor la anécdota anterior en la Avenida
Gaspar Campos con el gendarme.
Las veces que alguna autoridad policial nos ha
parado con la Mercedes
han sido para preguntar o para admirarla. Una vez en un paso a nivel de
ferrocarril el conductor de automóvil que estaba delante de nosotros se bajó y
le pidió permiso a mi padre para tomarle una foto con su celular. Eso pasa
siempre que salimos solos o en caravana. No es habitual ver un automóvil con
formas en su carrocería que nos remiten a los años ’30.
Archivo de autos siempre habla de autos antiguos
pero hoy les voy a anticipar algo nuevo que está porvenir. Tal vez algunos
seguidores, que viven en la provincia de Buenos Aires, donde es obligatoria la VTV o RTO, sabrán las
novedades, pero otros que no tienen su vencimiento de la correspondiente oblea
hasta más entrado el año no tienen noticias. Para empezar la nueva oblea, de
color amarillo, que es la que estará vigente durante todo el año 2015 es de
mayor tamaño.
El
frente de la oblea de 2015 de
de
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Las novedades no se quedan solo en las formas, van
un poco más allá. El mapa de la República
Argentina , en su frente, ha sido reemplazado por un código
QR, tan común con las nuevas tecnologías de los teléfonos celulares. En la
parte posterior, que queda en nuestros habitáculos, se pueden apreciar una
serie de números, como si se tratara de un código de barras. Pero al ver la
oblea al trasluz vemos algo más. Y ese algo más es un chip a todo lo ancho de la
parte inferior de la oblea.
Ese chip, en 2015, bloqueará las barreras de los
peajes de las autopistas. Aquellos que no tengan al día la VTV o RTO no podrán circular
por esas vías mencionadas. Eso entrará en vigente en enero de 2015. Por eso
Archivo de autos hace una mención de anticipación y eso gracias a tener un auto
viejo en la familia verificado y apto para circular por todo el territorio de la República Argentina.
El
dorso de la oblea de 2015 de
de
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A los seguidores de Archivo de autos que tengan un
automóvil radicado en el ámbito de la provincia de Buenos Aires y que tenga una
antigüedad mayor a 2 años les digo que mantengan sus obleas en orden, primero
si no quieren pagar multas exorbitantes y el secuestro del vehículo, y segundo
que no podrán circular por autopistas sin la VTV o RTO al día.
Esta serie de anécdotas derivó en un hecho de
actualidad que involucra muchos más automóviles que los antiguos o clásicos.
Téngalo en cuenta a la hora de circular por los caminos de la provincia de
Buenos Aires. No me vengan después a decir que no lo sabían.
Mauricio Uldane
Editor de Archivo de autos
Archivo de autos es armado en un
ciber por falta de recursos económicos, no por una política editorial.
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