Unas jornadas realizadas en el mes de septiembre
de 1983 versaron sobre la aplicación, y uso, del Gas Natural Comprimido (GNC).
Durante esas jornadas se dieron a conocer las características del uso del gas
natural como combustible alternativo para los automóviles, como los beneficios
que traían aparejados.
Las primeras jornadas sobre el uso del gas
natural comprimido en automotores fueron organizadas por Gas del Estado,
Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y la Asociación del Gas Argentino (AGA)
y se realizaron los días martes 27 y miércoles 28 de septiembre de 1983. Las
jornadas fueron convocadas por la Secretaría de Energía de la Nación y se
realizaron en el salón de actos de la sede central del Automóvil Club Argentino
(ACA), ubicada en la Avenida del Libertador 1850 de la ciudad de Buenos Aires.
El uso del GNC en Argentina tenía un marco legal
dado por el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) número 1461/83. Lo mismo
que las resoluciones de la Secretaría de Energía de la Nación números 150 y 253
que crearon la
Comisión Ejecutora del Plan Nacional de Sustitución de
Combustibles.
Justamente este plan de uso del GNC apuntaba a
sustituir el consumo de combustibles líquido en una determinada porción de los
vehículos que circulaban en nuestro país. Básicamente se apuntaba al transporte
de pasajeros, especialmente los taxis de la ciudad de Buenos Aires. Tanto que
se expuso en la vereda del ACA un Peugeot 504 taxi, fabricado por Sevel Argentina (Sociedad Europea de Vehículos para
Latinoamérica), con equipo instalado de GNC.
Además en las jornadas
se mencionaron los países que venían usando gas, tanto natural, como licuado,
para mover sus vehículos. El país precursor era Italia que contaba con un
parque de 250.000 vehículos movidos a gas. Vale aclarar que en ese país se
usaba el GPL (Gas di Petrolio
Liquefatti, gases de petróleo licuados). Desde la década del veinte, en el
siglo pasado, se instalaba en los automóviles italianos.
Ahora
el país que más unidades tenía movidas a gas natural era Canadá con 500.000
vehículos, en cambio en Nueva Zelanda eran
140.000 vehículos y hasta Estados Unidos con 30.000 vehículos, según datos del
año 1981. En este caso usaban gas natural comprimido o licuado. La idea de dar
estas cifras era para demostrar, al público argentino, que el uso de gas
natural comprimido, o licuado, se usaba en otras naciones del mundo.
Durante
esos dos días fueron varios los expositores, principalmente de Gas del Estado,
que brindaron información técnica, como también los costos de estaciones de
servicios como el valor del gas suministrado a los potenciales usuarios del
GNC.
Para
tener idea del valor de la instalación de una estación de servicio de GNC, en
el año 1983, era de 600.000 dólares. Si esa cifra la actualizamos según la
inflación el valor actual sería de 1.579.758,19 dólares. Según los cálculos
realizados la inversión se recuperaba en 10 años con un flujo de ingreso de 30
x 16 dólares/año con una tasa de 10% a.a.
“Los usuarios deberán tener el aliciente
económico suficiente, para que los motive la aplicación a sus vehículos del
equipo de conversión correspondiente”, mencionó en su discurso el
ingeniero Omar Muratori de Gas del Estado. Según su aporte el costo del equipo
debía amortizarse en un tiempo razonable, e incluso superar la vida útil del
vehículo para poder ser instalado en un nuevo automotor.
Esto
en la práctica ocurrió. Ya que muchos pasaron sus equipos de GNC de un auto a
otro. En especial en los vehículos dedicados al transporte de pasajeros como
los taxis. Pero también se aplicó a la venta de equipos usados para otros
vehículos. El paso de los años creó un mercado interno de instalación de los
equipos de GNC, como su reparación.
Pero
también las automotrices lanzarían modelos con equipos GNC de fábrica, o
instalado en su red de concesionarios oficiales. Un tema a tratar por separado
en notas futuras de Archivo de autos. En esta nota histórica estamos conociendo
cómo fueron los inicios del GNC en Argentina.
La
idea de ese plan de sustitución de combustible apuntaba a las extensas reservas
de gas natural. En ese momento, año 1983, se decía que las reservas de gas
duplicaban a las de los combustibles líquidos, derivados del petróleo. Para
incentivar su uso se había pensado en subsidios para la instalación de los
equipos como el precio del GNC en las estaciones de servicio.
En
ese momento de la economía argentina el litro de combustible líquido valía 5
pesos argentinos (moneda de curso legal vigente desde junio de 1983) contra los
2 pesos argentinos que costaba el metro cúbico (medida aproximada al litro de
combustible líquido) de gas natural.
En
esas jornadas se recalcó que el uso de GNC no impedía que este fuera la única
alimentación para el motor. Se dejó en claro que el vehículo convertido a GNC
no perdía la capacidad de funcionar a nafta, o gasoil. Porque vale aclarar que
se mencionó que también los vehículos gasoleros podían funcionar a GNC, pero
con mayores adaptaciones que un motor naftero.
Los
vehículos convertidos debían contar con un tubo de GNC, que ocupaba parte del
baúl, esto era insalvable por eso se apuntaba, en un principio al uso en taxis,
colectivos y vehículos de carga. Ya que estos vehículos amortizarían más rápido
el costo de la inversión de la instalación del equipo.
Ese
equipo constaba, del mencionado tubo para almacenar el GNC, la cañería hasta el
vano motor, conexiones, válvulas, filtro depurador del metano, manómetro de
control de presión y hasta el medidor de la cantidad de gas en el habitáculo.
Con el correr de los años se mejoraron sensiblemente los equipos instalados en
Argentina.
El
primer vehículo argentino con GNC fue una camioneta Ford F-100 al servicio de
Gas del Estado. Se montaron 4 tubos con una capacidad geométrica de 40 litros . El equipo
usado fue un desarrollo de nacional y tanto el montaje, como la puesta a punto
lo hizo personal de los talleres de Gas del Estado.
En
un principio no se logró una buena autonomía. Para lo cual se montó un
compresor de origen nacional. Esto permitió aumentar la presión, que en un
inicio era de 22 bares. De esta forma se logró aumentar en forma considerable la autonomía. Hay dos
fotografías de esa camioneta experimental que sirvió para probar el GNC en
Argentina.
Un
tiempo más tarde se montó un equipo de GNC importado desde Italia en una
camioneta, o camión liviano, Ford F-250. Los resultados logrados fueron muy
superiores, tanto que se logró una velocidad máxima de 130 kilómetros por
hora. Recordemos que el GNC mermaba la cantidad de caballos de fuerza de un vehículo,
como acotaba la velocidad máxima.
Pero
eso se compensaba con el gran ahorro de dinero, que de una forma amortizaba el
costo de la inversión de la instalación del equipo de GNC. Por otro lado los
gases de escape de los vehículos convertidos eran mucho menos contaminantes
para el medio ambiente. Un dato de color. Durante muchos años fui ciclista en
la ciudad de Buenos Aires. Cuando me detenía detrás de un vehículo en un
semáforo sabía si tenía equipo de GNC. Eso sin ver oblea alguna. ¿Por qué?
Simplemente porque del caño de escape emanaba un olor similar al producido por
un mechero Bunsen.
Según
los datos aportados en esas dos jornadas realizadas en el ACA se mencionó que
Gas del Estado pensaba convertir su flota de vehículos. Se dijo que la cifra
sería de 950 vehículos que operaban en la ciudad de Buenos Aires y en el Gran
Buenos Aires. Lo que se conoce como AMBA (Área
Metropolitana de Buenos Aires).
También se dijo que la idea era instalar dos
estaciones de servicio de GNC experimentales. Una se ubicaría en la Avenida Amancio
Alcorta y Luna, ubicada enfrente del estadio de fútbol del
club Huracán, y que fue la primera de todas las que operó en el país, y la otra
en Avenida General Paz y Constituyentes. Así mismo el ACA había firmado un
convenido para abrir 2 estaciones de GNC en la ciudad de Buenos Aires y otras 2
en Gran Buenos Aires.
Pasarían
unos años antes que el GNC se hiciera masivo en Argentina. Eso recién ocurrirá
en la década del noventa del siglo pasado. Incluso la instalación de estaciones
de GNC a lo largo de rutas nacionales y provinciales. Lo mismo que su expansión
en las distintas localidades del Gran Buenos Aires.
Las
fotografías, y los datos, de esta nota fueron tomados de la revista Su Auto
número 43 del mes de octubre de 1983 y de la revista Autoclub
número 124 de mes de noviembre del mismo año.
Editor de Archivo de autos
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Tras unos años casi no veo más coches y furgones chicos de turistas argentinos con motores gasoleros en Brasil por los veranos, todavia veo muchos furgones con kit GNC.
ResponderBorrarEl tema con el GNC en Argentina en este momento es que no hay la gran diferencia de precio que hubo, como menciona la nota, en otra época.
BorrarPero sigue siendo rentable para el uso diario intenso, por ejemplo taxis. Claro que hay que tener en cuenta que hay modelos de autos que no pueden funcionar con gas por tener partes cerámicas en sus motores.
Saludos.
Me pregunto si en otros países es tan barato el gas o es consecuencia de las regulaciones de impuestos y subsidios que se aplican. Y el gas oil que debería ser lo más barato vale lo mismo que la nafta común.
ResponderBorrarGNC ya tuvo un precio más favorable en Brasil, pero ahora no es lo mismo. Y además que hay pocas estaciones con GNC.
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