Chrysler a turbina

La automotriz Chrysler Corporation desarrolló un modelo de automóvil a turbina. No fue la única empresa que realizó un vehículo movido por un motor a turbina. Fueron varias en todo el mundo. Lo particular de este Chrysler a turbina es que visitó la Argentina en el año 1964.

 

Chrysler a turbina.

Las empresas Chrysler International, la división de Chrysler Corporation para la actividad fuera de Estados Unidos, y Chrysler Argentina y Fevre y Basset Ltd. trajeron al país una unidad del Chrysler a turbina. Tan oficial fue la presentación que el presidente de la Nación, Arturo Illia, fue el primero en tomar contacto con esta unidad.

Pero no fue el único, la prensa especializada tuvo la suerte de probar el Chrysler a turbina en el Autódromo de la ciudad de Buenos Aires. El relato de del cronista, de la revista Parabrisas, fue que le llamó la atención que el motor en ralentí giraba a 22.000 revoluciones por minuto. Algo propio de las turbinas que necesitan de muchas revoluciones para entrar en régimen de trabajo.

Tanto que para las pruebas de aceleración se llevaba el motor, o la turbina, a 44.600 revoluciones por minuto, mientras que con el freno se mantenía detenido al Chrysler. Al soltar el pedal de freno el automóvil salía disparado. Porque de lo contrario se comportaba como un vehículo con caja automática. Ya que para que tuviera una buena velocidad de marcha lo hacía de una manera suave.

Pero lo interesante de la noticia, más que nota, publicada en la revista Parabrisas, es que aparecía un esquema con el funcionamiento de la turbina del Chrysler. Veamos cómo funcionaba mecánicamente para entender mejor a este particular automóvil estadounidense.

Esquema de funcionamiento de motor a turbina.

El funcionamiento era de la siguiente forma: el aire ingresaba (A, ver el esquema publicado) y el compresor (B) elevaba la presión. Mientras que los regeneradores de calor (H) aumentaban la temperatura y enviaban la corriente de aire a la cámara de combustión (E). Ahí se mezclaba con el combustible que venía de la tobera (C). Al inflamarse la mezcla, de aire y combustible, se producía un brusco aumento de la temperatura y presión.

Los gases producidos salían por los conductos hacia la turbina (F) del compresor (B). Con mucha más fuerza ingresaban a la turbina (G) de la transmisión y mediante engranajes (I) se transmitía la fuerza a las ruedas. Mientras tanto los gases calientes de escape pasaban por los regeneradores (H) a la atmósfera (J). La bujía (D) es que la que se usaba para la puesta en marcha del motor. Luego de estar funcionando la mezcla se inflamaba sola.

En Estados Unidos la empresa Chrysler Corporation ofreció 50 unidades, de este Chrysler a turbina, en forma gratuita, y por espacio de tres meses, a usuarios comunes, previamente elegidos. La idea era que usaran a diario el automóvil a turbina y luego dieran su informe del comportamiento obtenido. Como mencioné al inicio de esta nota la empresa Chrysler no fue la única en experimentar con turbinas en vehículos.

Las turbinas se aplicaron a automóviles, camiones, ómnibus y hasta autos de carrera. Esos años sesenta fueron la etapa experimental de los motores movidos por turbina. Los resultados obtenidos no lograron que este tipo de motores llegara a la producción en serie. Fueron varias las causas. Tal vez uno de los problemas más grandes era el alto régimen del motor, para lograr su óptimo rendimiento. La fotografía del Chrysler a turbina, como el esquema de funcionamiento, los tomé de la revista Parabrisas número 39 del mes de febrero de 1964.

Mauricio Uldane

Editor de Archivo de autos

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