Hubo una época en los inicios de la
industria automotriz europea que los motores no eran de la marca del automóvil.
Entre esas marcas de motores estaba la francesa Aster. Solo unos pocos automóviles
completos llevaron la marca Aster en Francia.
Motores Aster, a la
izquierda, el modelo de 3,5 CV refrigerado por aire, y a la derecha, con la
misma potencia, pero refrigerado por agua.