En el año 1968, Oreste Berta sostenía que el Torino era un auto superior a todo lo antes visto y que por sus cualidades, debería consagrarse demostrando sus capacidades en el plano internacional, es así como junto con Héctor Luis "Pirín" Gradassi, y Roberto Carozzo (periodista de la revista "El Gráfico") parten rumbo a la ciudad de Montecarlo, en el Principado de Mónaco.