Tengo un Rolls-Royce y no miento al
realizar semejante aseveración. Claro que debería decir que es en la escala
1:64 de mis amados Matchbox de la infancia. Es un ejemplar más de los “autitos
de colección” de mi infancia. Pero soy el feliz poseedor de un Rolls-Royce azul
metalizado.