Los automóviles han ido cambiando como lo
hicieron las sociedades, las costumbres y la apertura de las puertas. En los
viejos automóviles las puertas suicidas, tanto las delanteras como las traseras,
tenían lo suyo. En una vieja nota de la revista Parabrisas se enseñaba a las
damas a bajar correctamente.