La empresa Chrysler Corporation realizaba
una prueba de derrame de combustible en los vehículos que fabricaba. La prueba
consistía en girarlos en 360º para simular un vuelco, y en algún momento las ruedas quedaban hacía arriba. El
ensayo se realizaba en un mecanismo que consistía en dos ruedas giratorias de
3,35 metros de diámetro.