Mi almuerzo estaba por finalizar. La
verdad estaba por empezar a pelar una manzana, que sería mi postre. Cuando por
la radio escucho que una novelista de policiales negros había escrito una
novela sobre el amor de dos mujeres. Claro que escribió la novela con un
seudónimo no eran tiempos de hablar de amores lésbicos. ¿Lo es ahora? No lo sé.
Pero lo que sí se que antes que terminara mi almuerzo una historia estaba dando
vueltas en mi cabeza.