sábado, 28 de marzo de 2015

“Black Jack” y el Brabham BT 7 de 1963

Australia es el único continente/país, por su geografía, más de 1/3 desértica, sumada a las zonas semiáridas, da como resultado que más del 50% de la totalidad del país es considerada no apta para la vida normal, esto agregado a la gran edad del continente, la poca fertilidad de sus suelos, sus diferentes climas extremadamente variables y su prolongado aislamiento del resto del mundo, hace de la biota australiana única en el mundo.

Brabham BT del año 1963 para correr en Fórmula 1.


Estas adversidades, han obligado al nativo australiano a ser una persona fuerte, tenaz, luchadora, con ideas muy firmes y objetivos muy claros, y nunca a darse por vencido aún vencido. La personalidad y estado del ánimo de los australianos queda demostrada en una anécdota en el paddock de la Fórmula 1 que los describe perfectamente, se dice que para el Gran Premio de Singapur del 2013 en una reunión de la plana mayor del equipo Red Bull se analizaba el reemplazo de Mark Webber para la temporada del 2014, ya que el piloto les había informado que no iba a continuar corriendo en la máxima categoría, como buen australiano, su decisión era irrevocable e inamovible y no había manera de hacerlo cambiar de opinión a pesar de estar dentro de la de elite de la categoría.

Dado que los equipos hermanos, Red Bull y Toro Rosso, ambos del mismo dueño el austriaco Dieter Mateschitz comparten lo que llamamos el “motorhome”, Daniel Ricciardo otro australiano piloto del Toro Rosso de Faenza escudería menor de Red Bull, escuchó la conversación de Christian Horner, Director Deportivo de la marca energizante y Helmut Marko su mano derecha, después de un rato y algunos cafés (se dice que Ricciardo es capaz de tomar más de 20 cafés en 10 minutos), se levantó, caminó unos pocos pasos, enderezó su figura y mirando a los dos directivos y sin tartamudear les dijo: “para reemplazar a un australiano deben contratar a otro australiano, y ese soy yo… y si buscan a alguien tan rápido como para ganarle a Sebastian Vettel también ese soy yo” y vaya si lo hizo, no solo le ganó sino que además obligó al cuádruple campeón del mundo a emigrar a Maranello a la Scuderia Ferrari.

Así son y así en este ámbito se crió nuestro personaje, Jack Brabham o “Black Jack”, su apodo, hacía referencia tanto a su cabello oscuro como a su personalidad y a su propensión a mantenerse en silencio, con poca expresividad, el contraste se hacía evidente con las manos en el volante, en donde era de todo menos tímido y retraído. En su adolescencia dejó la escuela a la edad de 15 años para trabajar como mecánico en un garaje, más tarde durante la segunda guerra fue piloto y mecánico de la Fuerza Aérea Australiana y luego en la década de los 60, integró un caso especial en la Fórmula 1, en donde varios pilotos no solo eran eximios volantes, también eran ingenieros y mecánicos de alto nivel, como lo fueron Graham Hill, Dan Gurney, el algo más conocido Bruce McLaren (fundador del equipo McLaren que aún hoy en día corre en el Campeonato de Fórmula 1) y nuestro Jack Brabham.

Pero la vida de Jack no solo se limita a estos hechos, hay toda una gran historia detrás del hombre y mucho más detrás del piloto. Fue el primer campeón del mundo con un auto de motor trasero en 1959, un Cooper T43 Climax, (siendo el principio del fin para la vieja época representada por la célebre frase de Enzo Ferrari a favor de los autos con motor delantero, “nunca el caballo estará detrás del carro”) es protagonista de un gran momento en la Fórmula 1, cuando al quedarse sin combustible faltando 800 metros en la última vuelta del decisivo Gran Premio de Estados Unidos en Sebring, empuja su auto hasta la meta, para ser cuarto y sumar los puntos necesarios para proclamarse campeón por sobre Stirling Moss y Tony Brooks, siendo de esta forma el primer australiano en conseguirlo.

Para 1960 repite el título con las mismas armas que el anterior, pero a diferencia del año pasado esta vez lo hizo como dominador absoluto de la categoría, como a él le gustaba ganar, sin dejar ningún tipo de duda. Fue el primer piloto/constructor en ganar una competencia de Fórmula 1 y tiene el honor en 1966 de ganar el campeonato mundial de constructores y de pilotos, su tercer cetro, siendo el primer y único piloto en ganar el título con un auto de su fabricación (récord que aun en día sigue vigente y que difícilmente sea igualado).

Además en 1979 fue el primer piloto en ser nombrado Caballero por la Reina Isabel II de Inglaterra, todo un logro dado que no era inglés de nacimiento, nada mal para alguien que solo buscaba correr en midget, pero volvamos a la década del ‘60, a 1961 precisamente, los aires de cambio soplaban muy fuerte en el interior de Jack y mucho más en la Fórmula 1, los autos pasaron a tener 1.500 centímetros cúbicos y más de 450 kilogramos de peso por reglamento, según Brabham, “no hay forma de llamar Fórmula 1 a estos autos de 1.500 centímetros cúbicos” con suerte esquiva, logra solamente 4 puntos en el campeonato, y es opacado por el equipo Ferrari que logra el título de la mano de Phil Hill con nuestro conocido Carlo Chiti a la cabeza.

Al mismo tiempo Jack comenzaba a gestar su independencia, el cambio se debía principalmente a una sola cosa, la cual confesó en el año 2004 “odiaba que me ganaran”, a raíz de esto, funda la BRO (Brabham Racing Organization) que daba origen al equipo Brabham de F1 y la MRD (Motor Racing Developmen) junto a su amigo y socio Ron Taunarac. “Época de Garajistas”, así se les llamaban a los equipos ingleses en la Fórmula 1 en esos años, en donde la lengua de Shakespeare y el verde inglés habían reemplazado al italiano y al rojo de los bólidos peninsulares, 1962 es donde Jack decide ir por su cuenta, compra un Lotus 24 a Colin Chapman y comienza la construcción de su primer auto de Fórmula 1. Corre con el Lotus mitad de temporada y a partir de allí con su propio auto, al que llamo BT 3 (Brabham-Taunarac 3), no le fue muy bien en su primer carrera, el Gran Premio de Alemania, ya que debía abandonar por problemas en el acelerador en la vuelta 10, pero logra terminar el año de muy buena forma con dos cuartos puestos.

Para 1963, y este si es el auto que nos convoca, hace una pasada en limpio del BT 3, modifica su aerodinámica gracias al trabajo de Malcom Sayer, jefe de diseño de Jaguar, y lo llama BT 7. Principalmente basa su diseño en un bastidor tubular de acero entubado, simple y robusto, mucho más fácil de reparar en caso de accidente que un monoposto, en absoluto contraste con los monoplazas de los demás constructores, que ya habían adoptado en su mayoría la solución del bastidor monocasco. El auto mucho más ancho y largo que los Lotus, resultaba más cómodo y espacioso para el piloto, las tuberías de agua y nafta estaban fuera del habitáculo lo que mantenía la temperatura del mismo en niveles soportables, algo tremendamente torturante en esos años.

Como dijimos, este bastidor de acero, estaba vestido con una carrocería de fibra de vidrio, que a diferencia de su antecesor el BT 3, resultaba 55 libras (25 kilogramos) más liviano. Pintado de colores verde y oro tenía un peso total de 475 kilogramos en orden de marcha, algo más pesado que lo que imponía el reglamento. Su motor era el de moda para la época, un Coventry Climax de 1.494 centímetros cúbicos (91,2 pulgadas cúbicas) con casi 190 CV, 8 cilindros y 4 árboles de levas, el combustible/lubricante era Esso y con una ubicación, la que llamaremos media en la configuración del auto, tracción trasera y con una caja Hewland de 5 marchas y marcha atrás.

Una de las características del auto y de su diseño, eran los escapes, de largo y tortuoso recorrido, saliendo por debajo del block del motor se reunían sobre la caja de cambios en una conexión de 4 a 1, para después salir por atrás del auto. Llevaba llantas de 13 pulgadas, con suspensiones independientes en las 4 ruedas, grupo resorte y amortiguador externos, fieles a la época y frenos a disco de 10,5 pulgadas adelante y 9 pulgadas atrás con neumáticos Dunlop. Se construyeron 2 autos del BT 7, uno para Jack y otro para su compañero de equipo Dan Gurney, los resultados no fueron los esperados por Brabham y Tauranac ya que no pudieron vencer en ninguna carrera del año, pero el tercer puesto final en el campeonato de constructores delante de Ferrari, fue bastante alentador para el equipo.

En un reportaje a Ron Taunarac realizado en el 2014 por el fallecimiento de Brabham, este confesó que los resultados de esos años (de 1963 a 1965) en el equipo, no fueron buenos dado que Jack  era un hombre tacaño, al que no le gustaba gastar dinero más de lo que sea necesario, algo que cambió para la temporada de 1966 en donde “los morlacos invertidos” dieron sus frutos con los títulos de pilotos y de constructores de ese año… pero esa es otra historia.

La transparencia del Brabham BT 7 del año 1963 es un dibujo del ilustrador Giulio Betti que fuera publicado en la Enciclopedia Salvat del Automóvil editada en España en el año 1974.

Juan Carlos Garcia
Colaborador de Archivo de autos



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