La
primavera de 1928 vio nacer un medio
de transporte, en la ciudad de Buenos
Aires, que haría historia y pasaría a ser una identificación más de la
ciudad capital de Argentina. El
colectivo, autobús urbano, fue ese protagonista porteño que sería
considerado como un invento argentino, por su originalidad, pero que no es así.
Lo que lo distingue de sus congéneres extranjeros es la cantidad de líneas y
los recorridos que surcan la ciudad de Buenos Aires.